119 casos

'Los hijos de Israel' en la Biblia

Estos son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia.

Y los hijos de Israel crecieron, y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo; y se llenó la tierra de ellos.

He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros.

Pero cuanto más lo molestaban, tanto más se multiplicaban y crecían; tanto que ellos se fastidiaban de los hijos de Israel.

Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza;

El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido ahora delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.

Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; y si ellos me preguntan: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?

Y dijo más Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: El SEÑOR Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi Nombre para siempre, y este es mi memorial por todos los siglos.

Y azotaban a los gobernadores de los hijos de Israel, que los cuadrilleros del Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?

Y los gobernadores de los hijos de Israel vinieron y se quejaron al Faraón, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?

Entonces los gobernadores de los hijos de Israel se vieron en aflicción, habiéndoseles dicho: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.

Y asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.

De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; mas ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.

Entra, y habla al Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

Y respondió Moisés delante del SEÑOR, diciendo: He aquí, los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo pues me escuchará el Faraón, mayormente siendo yo incircunciso de labios?

Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para el Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.

Este es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales el SEÑOR dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus escuadrones.

Estos son los que hablaron al Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moisés y Aarón fueron éstos.

Tú dirás todas las cosas que yo te mandaré, y Aarón tu hermano hablará al Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

Y el Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, por grandes juicios.

Y el SEÑOR hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel.

Y al día siguiente el SEÑOR hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno.

Entonces el Faraón envió a ver , y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón del Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.

Solamente en la tierra de Gosén, donde los hijos de Israel estaban, no hubo granizo.

Y el corazón del Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel; como el SEÑOR lo había dicho por medio de Moisés.

Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones.

Mas entre todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua: para que sepáis que hará diferencial el SEÑOR entre los egipcios y los israelitas.

Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante del Faraón: mas el SEÑOR había endurecido el corazón del Faraón, para que no dejase ir de su tierra a los hijos de Israel.

Vosotros responderéis: Esta es la víctima de la Pascua del SEÑOR, el cual pasó las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.

Y los hijos de Israel se fueron, e hicieron como el SEÑOR había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.

E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros, y los hijos de Israel; e id, servid al SEÑOR, como habéis dicho.

E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, demandando a los egipcios vasos de plata, y vasos de oro, y vestidos.

Y partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños.

El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto, fue cuatrocientos treinta años.

Esta es noche de guardar al SEÑOR, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardar al SEÑOR todos los hijos de Israel por sus edades.

Y todos los hijos de Israel hicieron como mandó el SEÑOR a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.

Y en aquel mismo día el SEÑOR sacó los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus escuadrones.

mas hizo Dios al pueblo que rodease por el camino del desierto del mar Bermejo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.

Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.

Habla a los hijos de Israel que den la vuelta, y asienten su campamento delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él asentaréis el campamento, junto al mar.

Porque el Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.

Y endureció el SEÑOR el corazón del Faraón rey de Egipto, y siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel ya habían salido con gran poder.

Y cuando el Faraón llegó, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí los egipcios que venían tras ellos; y temieron en gran manera, y clamaron los hijos de Israel al SEÑOR.

Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: ¿Por qué me das voces? Di a los hijos de Israel que marchen.

Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo; y entren los hijos de Israel por en medio del mar en seco.

Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su diestra y a su siniestra.

Y los hijos de Israel fueron por medio del mar en seco, teniendo las aguas por muro a su diestra y a su siniestra.

Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al SEÑOR, y dijeron: Cantaré yo al SEÑOR, porque se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo y al que en él subía.

Porque el Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y el SEÑOR volvió a traer las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel fueron en seco por medio del mar.

Y partiendo de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.

y les decían los hijos de Israel: Deseamos que hubiéramos muerto por mano del SEÑOR en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de las carnes, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto, para matar de hambre a toda esta multitud.

Entonces dijo Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que el SEÑOR os ha sacado de la tierra de Egipto.

Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos en la presencia del SEÑOR; que él ha oído vuestras murmuraciones.

Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria del SEÑOR, que apareció en la nube.

Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Entre las dos tardes comeréis carne, y mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios.

Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: Este es Maná ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Este es el pan que el SEÑOR os da para comer.

Y los hijos de Israel lo hicieron así: y recogieron unos más, otros menos.

Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que entraron en la tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron al término de la tierra de Canaán.

Y toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, por sus jornadas, al mandamiento del SEÑOR, y asentaron el campamento en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.

Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: ¿Está, pues, el SEÑOR entre nosotros, o no?

Al mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en aquel día vinieron al desierto de Sinaí.

Y Moisés subió a Dios; y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la Casa de Jacob, y denunciarás a los hijos de Israel:

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.

Y envió a los jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y sacrificaron becerros como sacrificios de paz al SEÑOR.

Y el parecer de la gloria del SEÑOR era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel.

Y tú mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas, claro, molido, para la luminaria, para hacer arder continuamente las lámparas.

En el tabernáculo del testimonio, afuera del velo que estará delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos, delante del SEÑOR desde la tarde hasta la mañana, por estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.

Harás allegar a ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón, Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón.

Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel:

De obra de grabador en piedra a modo de grabaduras de sello, harás grabar aquellas dos piedras con los nombres de los hijos de Israel; les harás alrededor engastes de oro.

Y pondrás aquellas dos piedras sobre los hombros del efod, serán piedras de memoria a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante del SEÑOR en sus dos hombros por memoria.

Y serán aquellas piedras según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una según su nombre, serán a las doce tribus.

Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando entrare en el santuario, en memoria delante del SEÑOR continuamente.

Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y Tumim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entrare delante del SEÑOR; y llevará siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante del SEÑOR.

Y estará sobre la frente de Aarón; y Aarón llevará el pecado de las santificaciones, que los hijos de Israel santificaren en todas las ofrendas de sus santificaciones; y sobre su frente estará continuamente para que hallen gracia delante del SEÑOR.

y será para Aarón y para sus hijos por fuero perpetuo de los hijos de Israel, porque es apartamiento; y será apartado de los hijos de Israel de sus sacrificios pacíficos, apartamiento de ellos será para el SEÑOR.

Y allí testificaré de mí a los hijos de Israel, y el lugar será santificado con mi gloria.

Cuando tomares el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará al SEÑOR el rescate de su persona, cuando los contares, y no habrá en ellos mortandad por haberlos contado.

Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para la obra del tabernáculo del testimonio; y será por memorial a los hijos de Israel delante del SEÑOR, para expiar vuestras personas.

Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras edades.

Y tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Con todo eso vosotros guardaréis mis sábados, porque es señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que sepáis que yo soy el SEÑOR que os santifico.

Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó, y reposó.

Sagradas Escrituras (1569)