87 Versículos de la Biblia sobre La infidelidad a Dios
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Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios dijo: No comáis de ningún árbol del huerto?
Y el Faraón respondió: ¿Quién es el SEÑOR, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco al SEÑOR, ni tampoco dejaré ir a Israel.
Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?
Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: ¿Está, pues, el SEÑOR entre nosotros, o no?
Mas la persona que hiciere algo a conciencia, así el natural como el extranjero, al SEÑOR injurió; y la tal persona será cortada de en medio de su pueblo.
y sea que , cuando el tal oyere las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande según el pensamiento de mi corazón, para añadir la embriaguez a la sed. El SEÑOR no querrá perdonar al tal; antes humeará luego el furor del SEÑOR y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y el SEÑOR raerá su nombre de debajo del cielo.
Y engrosó Jesurún (el recto ), y tiró coces; te engordaste, te engrosaste, te cubriste; y dejó al Dios que le hizo, y menospreció al Fuerte de su salud.
Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel y le habló diciendo: Así dijo el SEÑOR: Por cuanto los sirios han dicho, el SEÑOR es Dios de los montes, no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy el SEÑOR.
Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana, e hirió a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el espíritu del SEÑOR para hablarte a ti?
Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron los muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube!
Fueron, pues , correos con letras de la mano del rey y de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y decían: Hijos de Israel, volveos al SEÑOR el Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, y él se volverá a las reliquias que os han quedado de la mano de los reyes de Asiria.
Y así pasaban los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón; mas ellos se reían y burlaban de ellos.
Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada tal cosa, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano?
Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor del SEÑOR contra su pueblo, y que no hubo remedio.
Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se esforzó contra el Todopoderoso, él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos;
Dicen pues a Dios: Apártate de nosotros, que no queremos el conocimiento de tus caminos. ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?
¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará por medio de la oscuridad? Las nubes son su escondedero, y no ve; y por el cerco del cielo se pasea.
Que decían a Dios: Apártate de nosotros, y ¿qué nos ha de hacer el Omnipotente?
Porque dijo: De nada servirá al hombre el conformar su voluntad con Dios.
¿Por ventura se enseñoreará el que aborrece el juicio? ¿Y condenarás tú al poderoso siendo justo? ¿Por ventura se ha de decir al rey: Perverso; y a los príncipes: Impíos? Cuánto menos a aquél que no hace acepción de personas de príncipes, ni el rico es de él más respetado que el pobre; porque todos son obras de sus manos.
¿Por ventura acabará por ti su obra, que no quieras tú, o quieras, o yo? Di lo que sabes.
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni se sentó en silla de burladores;
Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh SEÑOR, la luz de tu rostro.
Dice en su corazón: Dios está olvidado, ha encubierto su rostro; nunca lo vio.
Tale el SEÑOR todos los labios lisonjeros; la lengua que habla grandezas, que dijeron: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios están con nosotros, ¿quién nos es señor?
Al Vencedor: Salmo de David. Dijo el loco en su corazón: No hay Dios. Se corrompieron, hicieron obras abominables; no hay quien haga bien.
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me decían todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas por eso que de cierto sería yo como tú; yo te argüiré, y las pondré delante de tus ojos.
He aquí proferirán con su boca; cuchillos están en sus labios, porque dicen : ¿Quién oye?
Se afirman a sí mismos la palabra mala, tratan de esconder los lazos, y dicen: ¿Quién los ha de ver?
Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá Dios ponernos mesa en el desierto?
Y dijeron: No verá JAH; y No lo tendrá en cuenta el Dios de Jacob. Entended, necios del pueblo; y locos, ¿cuándo seréis sabios? El que plantó el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?
¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los locos aborrecerán la ciencia?
El burlador buscó la sabiduría, y no la halló ; mas la sabiduría al hombre entendido viene fácil.
Aparejados están juicios para los burladores, y azotes para los cuerpos de los locos.
Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra el SEÑOR, para irritar los ojos de su majestad.
¡Ay de los que traen tirando la iniquidad con sogas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!
Por tanto, como la lengua del fuego consume las aristas, y la paja es desecha por la llama, así será su raíz como pudrición, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley del SEÑOR de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel. Por esta causa se encendió el furor del SEÑOR contra su pueblo; y extendiendo contra él su mano, lo hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, antes está su mano todavía extendida.
¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? Como si el bordón se levantase contra los que lo levantan; como si se levantase la vara, ¿no es leño?
¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? A los quitados de la leche. A los destetados de los pechos. Porque mandamiento tras mandamiento, mandamiento sobre mandamiento, renglón tras renglón, renglón tras renglón; un poquito allí, otro poquito allá;
Por tanto, varones burladores, que estáis enseñoreados sobre este pueblo, que está en Jerusalén, oíd la palabra del SEÑOR. Porque habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, y con la sepultura; hicimos acuerdo que cuando pasare el turbión del azote, no llegará a nosotros; porque pusimos nuestra acogida en mentira, y en la falsedad nos esconderemos;
Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia. Y granizo barrerá la acogida de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo. Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro acuerdo con el sepulcro no será firme; cuando pasare el turbión del azote, seréis de él hollados. Luego que comenzare a pasar, él os arrebatará, porque de repente pasará, de día y de noche; y será que el espanto solamente haga entender lo oído.Leer más.
Porque la cama es tan angosta que no basta, y la cubierta estrecha para recoger. Porque el SEÑOR se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación. Por tanto, no os burléis ahora, para que no se aprieten más vuestras ataduras; porque consumación y destrucción sobre toda la tierra he oído del Señor DIOS de los ejércitos.
¡Ay de los que se esconden del SEÑOR, encubriendo el consejo; y sus obras son en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, o quién nos conoce? Vuestra subversión ciertamente será como el barro del alfarero. ¿La obra dirá de su hacedor: No me hizo? y ¿dirá el vaso de aquel que lo obró: No entendió?
Porque el violento será acabado; y el escarnecedor será consumido; serán talados todos los que madrugaban a la iniquidad.
¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto, contra los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces? y tu obra: No tiene forma. ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? Y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?
Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría, y tu misma ciencia te engañó, ya que dijiste en tu corazón: Yo soy , y nadie más. Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y vendrá de repente sobre ti destrucción, la cual tú no conocerás.
¿De quién os habéis burlado? ¿Contra quién ensanchasteis la boca, y alargasteis la lengua? ¿No sois vosotros hijos rebeldes, simiente mentirosa,
¿Y a quién reverenciaste y temiste? ¿Por qué mientes; que no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he disimulado desde tiempos antiguos , y nunca me has temido?
¡Oh generación! Ved vosotros la palabra del SEÑOR. ¿He sido yo soledad a Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; nunca más vendremos a ti?
Negaron al SEÑOR, y dijeron: El no es , y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos cuchillo ni hambre;
He aquí que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra del SEÑOR? Venga ahora.
Y Moab será destruido para dejar de ser pueblo: porque se engrandeció contra el SEÑOR.
Te puse lazos, y aun fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no lo supiste; fuiste hallada, y aun presa, porque provocaste al SEÑOR.
Haced juntar sobre Babilonia flecheros, a todos los que entesan arco; asentad campo sobre ella alrededor; no escape de ella ninguno; pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella hizo, haced con ella; porque contra el SEÑOR se ensoberbeció, contra el Santo de Israel.
Zain : Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien le ayudase, entonces se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, y de todas sus cosas deseables que tuvo desde los tiempos antiguos; la miraron los enemigos, y escarnecieron de sus sábados.
Y me dijo: La maldad de la Casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, porque la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversidad, porque han dicho: El SEÑOR ha dejado la tierra, y el SEÑOR no ve. Así pues, yo, mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; el camino de ellos tornaré sobre su cabeza.
Hijo de hombre, ¿qué refrán es éste que tenéis vosotros en la tierra de Israel, diciendo: Se prolongarán los días, y perecerá toda visión?
¿Qué pensáis vosotros, vosotros que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, diciendo: Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos tienen la dentera?
Si aún dijere la Casa de Israel: No es derecho el camino del Señor; ¿no son derechos mis caminos, Casa de Israel? Cierto, vuestros caminos no son derechos.
Y dije: ¡Ah, Señor DIOS! Ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?
Y dijisteis: No es recta la vía del Señor. Yo os juzgaré, oh Casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos.
Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué Palabra sale del SEÑOR.
Así dijo el Señor DIOS: Por cuanto el enemigo dijo sobre vosotros: ¡Ea! También las alturas perpetuas nos han sido por heredad;
Ahora, pues, ¿estáis prestos para que oyendo el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento de música, os postréis, y adoréis la estatua que yo hice? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio del horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
Y con su entendimiento hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y con paz destruirá a muchos; y contra el Príncipe de los príncipes se levantará; y sin mano será quebrantado.
El día de nuestro Rey los príncipes lo hicieron enfermar con odre de vino; extendió su mano con los escarnecedores.
¡Ay de ellos! Porque se apartaron de mí; destrucción sobre ellos, porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron contra mí mentiras.
¡Ay de los que desean el día del SEÑOR! ¿Para qué queréis este día del SEÑOR? Será de tinieblas, y no de luz;
Ahora, pues, oye palabra del SEÑOR. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac:
Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está el SEÑOR tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como lodo de las calles.
Y será en aquel tiempo, que yo escudriñaré a Jerusalén con candiles, y haré visitación sobre los hombres que están sentados sobre sus heces, los cuales dicen en su corazón: El SEÑOR ni hará bien ni mal.
Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y diréis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: Morimos de hambre al servicio del SEÑOR.
Vuestras palabras han prevalecido contra mí, dice el SEÑOR. Y diréis: ¿Qué hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios; ¿y qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos tristes delante del SEÑOR de los ejércitos?
Mas los Fariseos, oyéndolo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste; por tanto tuve miedo, y fui, y escondí tu talento en la tierra; he aquí tienes lo que es tuyo. Y respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí;Leer más.
por tanto, te convenía dar mi dinero a los banqueros, y viniendo yo, hubiera recibido lo que es mío con logro.
Y los que pasaban, le decían injurias, meneando sus cabezas, y diciendo: Tú, el que derribas el Templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende del madero. De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciendo con los escribas y los ancianos, decían:Leer más.
A otros salvó, a sí mismo no puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora del madero, y creeremos a él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo también le injuriaban los ladrones que estaban colgados en maderos con él.
Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán : Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.