66 Versículos de la Biblia sobre La persecución, las actitudes a
Versículos Más Relevantes
Casi me han echado por tierra; mas yo no he dejado tus mandamientos.
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
Y trabajamos obrando con nuestras manos; siendo maldecidos, bendecimos; siendo perseguidos, lo sufrimos;
tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, de vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que sufrís.
Tened paciencia también vosotros; afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso, y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fortaleza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo; porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas.Leer más.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la coraza de justicia; y calzados vuestros pies con el apresto del evangelio de paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno; y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, para que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio; por el cual soy embajador en cadenas; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que las mismas aflicciones han de ser cumplidas en vuestros hermanos que están en el mundo.
y has sufrido, y tienes paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido.
manteniendo vuestra honesta manera de vivir entre los gentiles; para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, al ver vuestras buenas obras, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Amados, no os venguéis vosotros mismos, antes, dad lugar a la ira; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, y si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
Porque ésta es la voluntad de Dios; que haciendo el bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres vanos.
teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.
Porque un momento durará su furor; mas en su voluntad está la vida: Por la noche durará el lloro, pero a la mañana vendrá la alegría.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Regocijaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en el cielo; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Bienaventurados seréis, cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de sí, y os vituperaren, y desecharen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Regocijaos en aquel día, y saltad de gozo; porque he aquí vuestro galardón es grande en el cielo; porque así hacían sus padres a los profetas.
Y ellos partieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por su Nombre.
Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles sus ropas, mandaron azotarles con varas. Y después de haberles herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, habiendo recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.Leer más.
Pero a media noche, Pablo y Silas oraban, y cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Gozaos con los que se gozan; y llorad con los que lloran.
Que ahora me regocijo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia,
En lo cual vosotros mucho os alegráis, aunque al presente por un poco de tiempo, si es necesario, estéis afligidos por diversas pruebas,
Amados, no os extrañéis acerca de la prueba de fuego la cual se hace para probaros, como si alguna cosa extraña os aconteciese;
Es por la misericordia de Jehová que no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, pues ellos eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día de mi quebranto; pero Jehová fue mi apoyo. Él me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí.
Bueno es Jehová, es fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían. Mas con inundación impetuosa hará consumación de su lugar, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son dignas de comparar con la gloria que en nosotros ha de ser manifestada.
Pero tú has conocido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, caridad, paciencia, persecuciones, aflicciones, como las que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, persecuciones que he sufrido; pero de todas ellas me ha librado el Señor.
De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; y: No temeré lo que me pueda hacer el hombre.
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo, para probar a los que moran sobre la tierra.
Sean vuestras costumbres sin avaricia; contentos con lo que tenéis; porque Él dijo: No te dejaré ni te desampararé.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío; y no se alegren de mí.
Porque en ti, oh Jehová, esperé yo: Tú responderás, Jehová Dios mío. Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.
Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sión.
Pero yo miraré a Jehová, esperaré en el Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. No te alegres de mí, oh enemiga mía, porque aunque caiga, me volveré a levantar; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.
¿Y no cobrará Dios venganza por sus escogidos, que claman a Él día y noche, aunque sea longánimo para con ellos? Os digo que pronto cobrará venganza por ellos. Pero cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
Porque es menester que Él reine, hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
Mas nuestra ciudadanía está en el cielo, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo; el cual transformará nuestro cuerpo vil, para que sea semejante a su cuerpo glorioso, según el poder con el cual puede también sujetar a sí todas las cosas.
Porque es justo para con Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros, que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando sea revelado del cielo el Señor Jesús con sus ángeles poderosos, en llama de fuego, para cobrar venganza de los que no conocen a Dios, y no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
Y el séptimo ángel tocó la trompeta; y fueron hechas grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos de este mundo han venido a ser de nuestro Señor, y de su Cristo; y reinará para siempre jamás.
Y por mí es dado mandamiento de lo que habéis de hacer con los ancianos de estos judíos, para edificar esta casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, los gastos sean dados luego a aquellos varones, para que no cesen.
«Cántico gradual» Cuando Jehová hizo volver la cautividad de Sión, éramos como los que sueñan.
De parte mía es puesta ordenanza, que en todo el señorío de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque Él es el Dios viviente y permanece por la eternidad, y su reino no será destruido, y su señorío permanecerá hasta el fin.
y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de las naciones; y trastornaré el carro, y los que en él suben; y vendrán abajo los caballos y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel, hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.
Por cuya causa asimismo padezco estas cosas; mas no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados; y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Éstos son los que han salido de gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.Leer más.
No tendrán más hambre, ni sed; y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún calor; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.
«Al Músico principal, sobre Ajelet-sahar. Salmo de David» Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de día, y no me escuchas; y de noche, y no hay para mí sosiego. Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.Leer más.
En ti esperaron nuestros padres: Esperaron, y tú los libraste. Clamaron a ti, y fueron librados; confiaron en ti, y no fueron avergonzados. Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven, se burlan de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo: Confió en Jehová, líbrele Él; sálvele, puesto que en Él se complacía. Pero tú eres el que me sacó del vientre; Me hiciste estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios. No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude. Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado. Abrieron sobre mí su boca, como león rapaz y rugiente. Estoy derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón es como cera, derretido en medio de mis entrañas. Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte. Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; ellos me miran, y me observan. Repartieron entre sí mis vestiduras, y sobre mi ropa echaron suertes.
Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y esputos.
Angustiado Él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque Él nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.Leer más.
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su alma en expiación por el pecado, verá su linaje, prolongará sus días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Del trabajo de su alma verá y será saciado. Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y Él llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y fue contado con los transgresores; Y llevó Él el pecado de muchos e hizo intercesión por los transgresores.
Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado. Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de Él a toda la cuadrilla; y desnudándole, le pusieron encima un manto escarlata.Leer más.
Y tejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza; y una caña en su mano derecha, e hincada la rodilla delante de Él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! Y escupían en Él, y tomando la caña, le herían en la cabeza. Y después que le hubieron escarnecido, le quitaron el manto, y poniéndole sus vestiduras, le llevaron para crucificarle.
Y Pilato queriendo agradar al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. Entonces los soldados le llevaron dentro de la sala que es llamada Pretorio; y convocaron a toda la cohorte. Y le vistieron de púrpura; y tejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza.Leer más.
Y comenzaron a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le herían en la cabeza con una caña, y escupían en Él, y arrodillándose le adoraban. Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propias vestiduras, y le sacaron para crucificarle.
Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? Pero si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios. Porque para esto fuisteis llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas: El cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca:Leer más.
Quien cuando le maldecían no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquél que juzga justamente:
Mas también si alguna cosa padecéis por la justicia, sois bienaventurados. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni seáis turbados; sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre preparados para responder con mansedumbre y temor a todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.Leer más.
Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.
antes bien regocijaos en que sois participantes de los padecimientos de Cristo; para que cuando su gloria sea revelada, os regocijéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Cierto según ellos, Él es blasfemado, mas según vosotros Él es glorificado.
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