51 Versículo de la Biblia sobre los sacerdotes

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Porque Él testifica: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

Porque manifiesto es que nuestro Señor nació de Judá, de cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

mas Éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñe, y sin ley:

Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley;

Y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que fuere en aquellos días, y preguntarás; y te enseñarán la sentencia del juicio.

Y saciaré el alma del sacerdote de grosura, y de mi bien será saciado mi pueblo, dice Jehová.

sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

Y no podían los sacerdotes continuar ministrando, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.

Y tomará por esposa a mujer virgen.

Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque él es el mensajero de Jehová de los ejércitos.

¿No sabéis que los que ministran en las cosas santas, comen del templo; y que los que sirven al altar, del altar participan?

Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.

Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del lugar santo al atrio de afuera, sino que allí dejarán sus vestimentas con que ministran, porque son santas; y se vestirán otras vestiduras, y así se acercarán a lo que es del pueblo.

También para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, y para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová, y para todos los vasos del ministerio de la casa de Jehová.

Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y nación santa. Éstas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.

pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrecía por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo.

Y los otros ciertamente fueron muchos sacerdotes, ya que por causa de la muerte no podían permanecer;

Y me mostró a Josué, el sumo sacerdote, el cual estaba delante del Ángel de Jehová; y Satanás estaba a su mano derecha para serle adversario.

Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel; de las ofrendas encendidas a Jehová, y de la heredad de Él comerán.

Y puso a los sacerdotes en sus cargos, y los confirmó en el ministerio de la casa de Jehová.

Sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.

Y venida la mañana, todos los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron consejo contra Jesús para entregarle a muerte.

Y los príncipes de los sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro, porque es precio de sangre.

Y también los sacerdotes que se acercan a Jehová, se santifiquen, para que Jehová no haga en ellos estrago.

Y crecía la palabra de Dios, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; y una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe.

Y aconteció, que descendió un sacerdote por aquel camino, y cuando lo vio, pasó por el otro lado.

Y había siete hijos de un tal Sceva, judío, príncipe de los sacerdotes, que hacían esto.

Y ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando haya de entrar en el atrio interior.

Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hubiereis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán.

Entonces los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos del pueblo, se reunieron en el palacio del sumo sacerdote llamado Caifás,

Ciertamente hombre no contienda ni reprenda a hombre, porque tu pueblo es como los que resisten al sacerdote.

Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero de las santificaciones que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero de los que pasan en cuenta, el dinero por las personas, cada cual según su tasa, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad mete en la casa de Jehová,

Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para testimonio a ellos.

Así que, si la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su señor; como a la criada, así a su señora; como al que compra, así al que vende; como al que presta, así al que toma prestado; como al acredor, así al deudor.

De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los ancianos, decían:

Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, y como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda la tierra, contra los reyes de Judá, contra sus príncipes, contra sus sacerdotes, y contra el pueblo de la tierra.