28 Versículo de la Biblia sobre Solomon, personaje de
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Y Dios dio a Salomón sabiduría, y prudencia muy grande, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar.
Ahora pues, Jehová Dios mío, tú has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo no soy sino un joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?Leer más.
Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio; he aquí he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no haya habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
Y Salomón dijo a Dios: Tú has hecho con David mi padre grande misericordia, y a mí me has puesto por rey en lugar suyo. Confírmese pues, ahora, oh Jehová Dios, tu palabra dada a David mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. Dame ahora sabiduría y entendimiento, para salir y entrar delante de este pueblo: porque ¿quién podrá juzgar a este tu pueblo que es tan grande?Leer más.
Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto fue en tu corazón, que no pediste riquezas, ni posesiones, ni gloria, ni la vida de tus enemigos, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y entendimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y entendimiento te son dados; y también te daré riquezas, posesiones, y gloria, cual nunca hubo en los reyes que han sido antes de ti, ni después de ti habrá.
En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres que eran rameras, y se presentaron delante de él. Y una de las mujeres, dijo: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. Y aconteció al tercer día después que yo di a luz, que ésta también dio a luz, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.Leer más.
Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él. Y ella se levantó a media noche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso a mi lado su hijo muerto. Y cuando yo me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; mas le observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey. El rey entonces dijo: Ésta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo. Entonces el rey respondió y dijo: Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre. Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.
Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus hechos y de tu sabiduría; mas yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto, y he aquí, que ni la mitad me había sido dicha; es mayor tu sabiduría y bien que la fama que yo había oído.
Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra de tus hechos y de tu sabiduría; Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú sobrepasas la fama que yo había oído.
La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y he aquí, uno mayor que Salomón en este lugar.
Y Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, porque tomó la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor.
Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el río hasta la tierra de los filisteos y hasta el término de Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días de su vida.
Y el rey Salomón dio a la reina de Seba todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio como de mano del rey. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados.
Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército; y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar.
Ahora, pues, vive Jehová, que me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y quien me ha hecho casa, como me había prometido, que Adonías morirá hoy.
Y compuso tres mil proverbios; y sus cantos fueron mil cinco.
«Para Salomón» Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.
«Cántico gradual: para Salomón» Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guarda.
Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre; pero el hijo necio es tristeza de su madre.
También éstos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá.
Entonces el rey, y todo Israel con él, ofrecieron sacrificios delante de Jehová. Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová; veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.
Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante de Jehová. Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y así dedicaron la casa de Dios el rey y todo el pueblo.
Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, según que él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has conservado esta tu grande misericordia, que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo no soy sino un joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.Leer más.
Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio; he aquí he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no haya habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días. Y cuando Salomón despertó, vio que era sueño. Y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos, e hizo ofrendas de paz; hizo también banquete a todos sus siervos.
Y fue que cuando Salomón acabó de hacer toda esta oración y súplica a Jehová, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo; y puesto en pie, bendijo a toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta: Bendito sea Jehová, que ha dado reposo a su pueblo Israel, conforme a todo lo que Él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado.Leer más.
Sea con nosotros Jehová nuestro Dios, como fue con nuestros padres; y no nos desampare ni nos deje; y que incline nuestro corazón hacia Él, para que andemos en todos sus caminos, y guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, los cuales mandó a nuestros padres. Y que estas mis palabras con que he orado delante de Jehová estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que Él proteja la causa de su siervo, y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo; para que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro. Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatutos, y guardando sus mandamientos, como el día de hoy.
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel; y aun a él le hicieron pecar las esposas extranjeras.
Pero que no se aumente caballos, ni haga volver el pueblo a Egipto para acrecentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No procuraréis volver más por este camino. Ni aumentará para sí esposas, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro acumulará para sí en gran cantidad.
Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.
Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas;
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Considerad los lirios, cómo crecen; no labran, ni hilan; y os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.