33 casos

'Fuego' en la Biblia

Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida de extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.

Y creará el SEÑOR sobre toda la morada del Monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá cobertura.

Por tanto, como la lengua del fuego consume las aristas, y la paja es desecha por la llama, así será su raíz como pudrición, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley del SEÑOR de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.

Porque toda batalla de quien pelea es con estruendo, y con revolcamiento de vestidura en sangre; mas ésta será con quema, y tragamiento de fuego.

Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinas devorará; y se encenderá en lo espeso de la breña, y fueron alzados como humo.

Por la ira del SEÑOR de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como tragamiento del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano.

Por tanto el Señor DIOS de los ejércitos, enviará flaqueza sobre sus gordos; y debajo de su gloria encenderá encendimiento, como encendimiento de fuego.

Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinas.

SEÑOR, cuando se levante tu mano, no verán; verán al cabo, y se avergonzarán con celo del pueblo. Y a tus enemigos fuego los consumirá.

Del SEÑOR de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.

Y vuestro quebrantamiento, será como quebrantamiento de vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; ni entre los pedazos se halla un tiesto para traer fuego del hogar, o para coger agua de un pozo.

He aquí que el nombre del SEÑOR viene de lejos: su rostro encendido, y grave de sufrir; sus labios llenos de ira; y su lengua, como fuego que consume.

Y el SEÑOR hará oír la potencia de su voz; y hará ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor, con dispersión, con avenida, y piedra de granizo.

Porque Tofet está diputada desde ayer para el rey de Babilonia, también está aparejada; la cual ahondó y ensanchó su hoguera de fuego, y mucha leña. El soplo del SEÑOR, como arroyo de azufre, que la encienda.

Y de miedo se pasará a su fortaleza; y sus príncipes tendrán pavor de la bandera, dice el SEÑOR, a quien hay fuego en Sion, y a quien hay horno en Jerusalén.

Concebisteis hojarascas, daréis a luz aristas; el soplo de vuestro fuego os consumirá.

Y los pueblos serán como cal quemada, como espinas cortadas serán quemadas con fuego.

Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?

y a los dioses de ellos pusieron en fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los deshicieron.

Ni todo el Líbano bastará para el fuego; ni todos sus animales para el sacrificio.

Por tanto, derramó sobre él el furor de su ira, y fortaleza de guerra; le puso fuego por todas partes, y se descuidó; y encendió en él, y no echó de ver.

Parte de él quemará en el fuego; con otra parte de él comerá carne, asará asado, y se saciará. Después se calentará, y dirá, ¡Oh! me he calentado, fuego he visto;

No torna en sí, no tiene sentido ni inteligencia para decir: Parte de ello quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan; asé carne, y comí: ¿lo que de él quedó he de tornar en abominación? ¿Delante de un tronco de árbol me tengo que humillar?

He aquí, que serán como tamo; fuego los quemará; no salvarán sus vidas de la mano de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.

He aquí, que todos vosotros encendéis fuego, y estáis cercados de centellas; andad a la lumbre de vuestro fuego; y a las centellas, que encendisteis. De mi mano os vino esto; en dolor seréis sepultados.

He aquí que yo crié al herrero, que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo crié al destruidor para destruir.

como fuego que abrasando derrite, fuego que hace hervir el agua, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y los gentiles temblaran a tu presencia!

La Casa de nuestro Santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue quemada al fuego; y todas nuestras cosas preciosas fueron destruidas.

Porque el SEÑOR juzgará con fuego y con su espada a toda carne; y los muertos del SEÑOR serán multiplicados.

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright