61 casos

'Había' en la Biblia

Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno; y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.

Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras del SEÑOR que le enviaba, y todas las señales que le había dado.

Y habló Aarón todas las palabras que el SEÑOR había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.

Vinieron, pues , Moisés y Aarón al Faraón, e hicieron como el SEÑOR lo había mandado; y echó Aarón su vara delante del Faraón y de sus siervos, y se tornó dragón.

Y el corazón del Faraón se endureció, y no los escuchó; como el SEÑOR lo había dicho.

Y Moisés y Aarón hicieron como el SEÑOR lo mandó; y alzando la vara hirió las aguas que había en el río, en presencia del Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se volvieron sangre.

Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, que los egipcios no podían beber de él; y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.

Y los encantadores de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón del Faraón se endureció, y no los escuchó; como el SEÑOR lo había dicho.

Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia del Faraón, y clamó Moisés al SEÑOR sobre el negocio de las ranas que había puesto al Faraón.

Y los encantadores hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; mas no pudieron. Y había piojos así en los hombres como en las bestias.

Entonces los magos dijeron al Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón del Faraón se endureció, y no los escuchó; como el SEÑOR lo había dicho.

Entonces el Faraón envió a ver , y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón del Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.

Y el SEÑOR endureció el corazón del Faraón, y no los oyó, como el SEÑOR lo había dicho a Moisés.

Y viendo el Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y agravó su corazón, él y sus siervos.

Y el corazón del Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel; como el SEÑOR lo había dicho por medio de Moisés.

y cubrió la faz de toda la tierra, y se oscureció la tierra; y comió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; que no quedó cosa verde en los árboles ni en la hierba del campo, por toda la tierra de Egipto.

Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante del Faraón: mas el SEÑOR había endurecido el corazón del Faraón, para que no dejase ir de su tierra a los hijos de Israel.

Y los hijos de Israel se fueron, e hicieron como el SEÑOR había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.

Y se levantó aquella noche el Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y había un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese muerto.

Y cocieron la masa, que habían sacado de Egipto, e hicieron tortas sin levadura, porque no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían podido detenerse, ni aun prepararse comida.

Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.

Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?

Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército del Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.

Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas; y se asentaron allí junto a las aguas.

Y lo medían por gomer, y no sobraba al que había recogido mucho, ni faltaba al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.

Y lo recogían muy de mañana, cada uno según lo que había de comer; y cuando el sol calentaba, se derretía.

Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según que Moisés había mandado, y no se pudrió, ni hubo en él gusano.

Y toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, por sus jornadas, al mandamiento del SEÑOR, y asentaron el campamento en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.

Y oyó Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto.

Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que el SEÑOR había hecho al Faraón y a los egipcios por causa de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado el SEÑOR.

Y se alegró Jetro de todo el bien que el SEÑOR había hecho a Israel, que lo había librado de mano de los egipcios.

Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado.

Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego; y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.

Y viendo Moisés que el pueblo estaba desnudo, porque Aarón lo había desnudado para vergüenza entre sus enemigos,

Y después se llegaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todas las cosas que el SEÑOR le había dicho en el monte de Sinaí.

De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que el SEÑOR había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria al SEÑOR.

Hizo, pues , Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón, a quien el SEÑOR dio sabiduría e inteligencia para que supiesen hacer toda la obra del servicio del santuario, todas las cosas que había mandado el SEÑOR.

Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab, y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había dado el SEÑOR sabiduría, y a todo hombre a quien su corazón le movió a llegarse a la obra, para trabajar en ella;

También hizo los vasos que habían de estar sobre la mesa, sus platos, y sus cucharas, y sus cubiertos y sus tazones con que se había de cubrir el pan , de oro fino.

en una caña había , tres copas figura de almendras, una manzana y una flor; y en la otra caña había tres copas figura de almendras, otra manzana y otra flor; y así en todas las seis cañas que salían del candelero.

Y en el mismo candelero había cuatro copas figura de almendras, sus manzanas y sus flores;

Le hizo también dos anillos de oro debajo de la corona en las dos esquinas a los dos lados, para pasar por ellos las varas con que había de ser llevado.

Y del cárdeno, y púrpura, y carmesí, hicieron las vestimentas del ministerio para ministrar en el santuario, y asimismo hicieron las santas vestiduras para Aarón; como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.

Y el cinto del efod que estaba sobre él, era de lo mismo, conforme a su obra; de oro, cárdeno, y púrpura, y carmesí, y lino torcido; como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.

Y las puso sobre las hombreras del efod, por piedras de memoria a los hijos de Israel; como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.

Y ataron el pectoral de sus anillos a los anillos del efod con un cordón de cárdeno, para que estuviese sobre el cinto del mismo efod, y no se apartase el pectoral del efod; como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.

Y pusieron en ella un cordón de cárdeno, para colocarla sobre la mitra arriba; como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.

Y fue acabada toda la obra del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio; e hicieron los hijos de Israel como el SEÑOR lo había mandado a Moisés; así lo hicieron.

En conformidad a todas las cosas que el SEÑOR había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel toda la obra.

Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como el SEÑOR había mandado; y los bendijo.

Y tendió la tienda sobre el tabernáculo, y puso el cobertor sobre el tabernáculo encima; como el SEÑOR había mandado a Moisés.

y metió el arca en el tabernáculo, y puso el velo de la tienda, y cubrió el arca del testimonio; como el SEÑOR había mandado a Moisés.

Y sobre ella puso por orden los panes delante del SEÑOR, como el SEÑOR había mandado a Moisés.

Y encendió las lámparas delante del SEÑOR; como el SEÑOR había mandado a Moisés.

Y encendió sobre él el incienso aromático; como el SEÑOR había mandado a Moisés.

Y puso el altar del holocausto a la puerta del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio; y ofreció sobre él holocausto y presente; como el SEÑOR había mandado a Moisés.

Cuando entraban en el tabernáculo del testimonio, y cuando se llegaban al altar, se lavaban; como el SEÑOR había mandado a Moisés.

Sagradas Escrituras (1569)