51 casos

'Mi' en la Biblia

Porque mío es todo primogénito; desde el día que yo maté todos los primogénitos en la tierra de Egipto, yo santifiqué á mí todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales: míos serán: Yo Jehová.

Y tomarás los Levitas para mí, yo Jehová, en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel: y los animales de los Levitas en lugar de todos los primogénitos de los animales de los hijos de Israel.

Porque enteramente me son á mí dados los Levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo aquel que abre matriz; helos tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel.

Porque mío es todo primogénito en los hijos de Israel, así de hombres como de animales; desde el día que yo herí todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.

Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé á mi tierra y á mi parentela.

Y dijo Moisés á Jehová: ¿Por qué has hecho mal á tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mi?

¿De donde tengo yo carne para dar á todo este pueblo? porque lloran á mí, diciendo: Danos carne que comamos.

Entonces Jehová respondió á Moisés: ¿Hase acortado la mano de Jehová? ahora verás si te sucede mi dicho, ó no.

Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? mas ojalá que todo el pueblo de Jehová fuesen profetas, que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.

Que todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz,

Empero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mi, yo le meteré en la tierra donde entró y su simiente la recibirá en heredad.

¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?

En este desierto caerán vuestros cuerpos; todos vuestros contados según toda vuestra cuenta, de veinte años arriba, los cuales habéis murmurado contra mí;

Vosotros á la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano de haceros habitar en ella; exceptuando á Caleb hijo de Jephone, y á Josué hijo de Nun.

Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.

Yo Jehová he hablado; así haré á toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas: que no de mi corazón las hice.

Y será, que el varón que yo escogiere, su vara florecerá: y haré cesar de sobre mí las quejas de los hijos de Israel, con que murmuran contra vosotros.

Y Jehová dijo á Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal á los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de sobre mí, porque no mueran.

Y Jehová dijo á Moisés y á Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme en ojos de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.

Y Edom le respondió: No pasarás por mi país, de otra manera saldré contra ti armado.

Aarón será reunido á sus pueblos; pues no entrará en la tierra que yo di á los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes á mi mandamiento en las aguas de la rencilla.

Entonces Israel hizo voto á Jehová, y dijo: Si en efecto entregares á este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.

Por tanto envió mensajeros á Balaam hijo de Beor, á Pethor, que está junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la haz de la tierra, y habita delante de mí:

Y Balaam respondió á Dios: Balac hijo de Zippor, rey de Moab, ha enviado á mí diciendo:

Los cuales vinieron á Balaam, y dijéronle: Así dice Balac, hijo de Zippor: Ruégote que no dejes de venir á mí:

Y Balaam respondió, y dijo á los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios, para hacer cosa chica ni grande.

Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí: ­ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!

Y el asna dijo á Balaam: ¿No soy yo tu asna? sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado á hacerlo así contigo? Y él respondió: No.

Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has herido tu asna estas tres veces? he aquí yo he salido para contrarrestarte, porque tu camino es perverso delante de mí:

El asna me ha visto, y hase apartado luego de delante de mí estas tres veces: y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría á ti, y á ella dejaría viva.

Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, que no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino: mas ahora, si te parece mal, yo me volveré.

Y Balac dijo á Balaam: ¿No envié yo á ti á llamarte? ¿por qué no has venido á mí? ¿no puedo yo honrarte?

Y Balaam respondió á Balac: He aquí yo he venido á ti: mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.

¿Quién contará el polvo de Jacob, O el número de la cuarta parte de Israel? Muera mi persona de la muerte de los rectos, Y mi postrimería sea como la suya.

Y él respondió, y dijo: ¿No observaré yo lo que Jehová pusiere en mi boca para decirlo?

Si Balac me diése su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio; mas lo que Jehová hablare, eso diré yo?

He aquí yo me voy ahora á mi pueblo: por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer á tu pueblo en los postrimeros días.

Phinees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, ha hecho tornar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos: por lo cual yo no he consumido en mi celo á los hijos de Israel.

Por tanto di les: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él;

Pues fuisteis rebeldes á mi dicho en el desierto de Zin, en la rencilla de la congregación, para santificarme en las aguas á ojos de ellos. Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de Zin.

Manda á los hijos de Israel, y diles: Mi ofrenda, mi pan con mis ofrendas encendidas en olor á mí agradable, guardaréis, ofreciéndomelo á su tiempo.

Que no verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra por la cual juré á Abraham, Isaac, y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;

Y hablaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén á Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado.

Y tus siervos, armados todos de guerra, pasarán delante de Jehová á la guerra, de la manera que mi señor dice.

Y dijeron: Jehová mandó á mi señor que por suerte diese la tierra á los hijos de Israel en posesión: también ha mandado Jehová á mi señor, que dé la posesión de Salphaad nuestro hermano á sus hijas;

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