'Salva' en la Biblia

Y dijeron: Que se salva la heredad de Benjamín, para que no sea una tribu raída de Israel.

Mas vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os salva de todas vuestras aflicciones y angustias, diciendo: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, poneos delante del SEÑOR por vuestras tribus y por vuestros millares.

porque vive el SEÑOR, que salva a Israel, que si fuere en mi hijo Jonatán, el morirá de cierto. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiera.

Y sabrá toda esta congregación que el SEÑOR no salva con espada y lanza; porque del SEÑOR es la guerra, y él os entregará en nuestras manos.

Y David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Iré a herir a estos filisteos? Y el SEÑOR respondió a David: Ve, hiere a los filisteos, y salva a Keila.

Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le dio voces, y dijo: Salva, rey señor mío.

Y él dijo: Si no te salva el SEÑOR, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del alfolí, o del lagar?

Mi escudo es en Dios, el que salva a los rectos de corazón.

Salva, oh SEÑOR, porque se acabaron los misericordiosos; porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los hombres.

El SEÑOR salva al Rey; que El nos oiga el día que lo invocáremos.

Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y pastoréalos y ensálzalos para siempre.

Para que se libren tus amados, salva con tu diestra, y óyeme.

Guarda mi alma, porque soy misericordioso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.

Para que sean librados tus amados; salva con tu diestra, y respóndeme.

Oh SEÑOR, salva ahora, te ruego; oh SEÑOR, te ruego nos hagas prosperar ahora.

Reuníos, y venid, allegaos, todos los escapados de los gentiles. No tienen conocimiento los que levantan el madero de su escultura, y los que ruegan al dios, que no salva.

Lava tu corazón de la malicia, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de tu iniquidad?

Porque así dijo el SEÑOR: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de los gentiles; haced oír, alabad, y decid: Oh SEÑOR, salva tu pueblo, el remanente de Israel.

Que salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; el cual libró a Daniel del poder de los leones.

Y si aquellos días no fueran acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está a la muerte; ven y pondrás las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.

Porque decía: Si tocare tan solamente su vestido, seré salva.

El le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.

Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva.

Porque ¿de dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?

A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, mas dando testimonio de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesús el Cristo,

Y si el justo con dificultad se salva; ¿en dónde aparecerá el infiel y el pecador?