720 casos

'Uno' en la Biblia

También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado se quede dentro de Jerusalén, y hágannos de noche centinela, y de día a la obra.

Y ni yo, ni mis hermanos, ni mis siervos, ni la gente de guardia que me seguía, desnudamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para lavarse.

Entonces lo medité para conmigo, y reprendí a los principales y a los magistrados, y les dije: ¿Tomáis cada uno usura de vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea.

y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y aun con los guardas presentes, cierren las puertas, y atrancad. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalén, cada cual en su guardia, y cada uno delante de su casa.

Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de la transmigración que hizo pasar Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá cada uno a su ciudad;

Salió, pues, el pueblo, y trajeron, y se hicieron cabañas, cada uno sobre su terrado, y en sus patios, y en los patios de la Casa de Dios, y en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.

Y habitaron los príncipes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de diez que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las nueve partes en las otras ciudades.

Y éstos son los cabezas de la provincia que moraron en Jerusalén; mas en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión en sus ciudades, de Israel, de los sacerdotes, levitas, netineos, y de los hijos de los siervos de Salomón.

Y el resto de Israel, de los sacerdotes, de los levitas, en todas las ciudades de Judá, cada uno en su heredad.

Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la mano derecha sobre el muro hacia la puerta del Muladar.

Y entendí que las partes de los levitas no se les habían dado; y que los levitas y cantores que hacían la obra habían huido cada uno a su heredad.

Y uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib el sumo sacerdote era yerno de Sanbalat horonita; por tanto lo ahuyenté de mí.

Los limpié, pues , de todo extranjero, y puse las ordenanzas a los sacerdotes y levitas, a cada uno en su obra;

Y la bebida fue según esta ley: Que nadie se constriñese; porque así lo había mandado el rey a todos los mayordomos de su casa; que se hiciese según la voluntad de cada uno.

Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, que él había puesto al servicio de ella, y lo mandó a Mardoqueo, para saber qué era aquello, y por qué.

Y dijo Harbona, uno de los eunucos de delante del rey: He aquí también la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey, está en casa de Amán. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella.

Por tanto los judíos aldeanos que habitan en las villas sin muro, hacen a los catorce del mes de Adar el día de alegría y de banquete, y buen día, y de enviar porciones cada uno a su vecino.

por aquellos días en que los judíos tuvieron reposo de sus enemigos, y el mes que se les fue tornado de tristeza en alegría, y de luto en día bueno; que los hiciesen días de banquete y de gozo, y de enviar porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres.

E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.

Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir juntos a condolerse de él, y a consolarle.

Los cuales alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a voz en grito; y cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.

El uno se junta con el otro, que viento no entra entre ellos.

Pegado está el uno con el otro, están trabados entre sí, que no se pueden apartar.

Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una oveja, y una joya de oro.

Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían dañado; no hay quien haga bien, no hay ni aun uno.

Entonces hablaste en visión a tu santo, y dijiste: Yo he puesto el socorro sobre uno que es valiente; he ensalzado un escogido de mi pueblo.

Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó uno de ellos.

El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el loco anda en tinieblas. Y también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.

Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; mas ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

Y si alguno prevaleciere contra uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe.

Si violencias de pobres, y extorsión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de esta licencia; porque alto está mirando sobre alto, y uno más alto está sobre ellos.

He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.

Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su cuchillo sobre su muslo, por los temores de la noche.

Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has preso mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.

Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.

Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;

Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre; y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo;

Y será que como gacela perseguida, y como oveja sin pastor; cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.

Todos los reyes de los gentiles, todos ellos yacen con honra cada uno en su casa.

Aúlla, oh puerta, clama, oh ciudad; desleída Filistea toda tú, porque humo vendrá del aquilón; no quedará uno solo en sus asambleas.

Hesbón y Eleale gritarán, hasta Jahaza se oirá su voz; por lo que aullarán los armados de Moab, se lamentará el alma de cada uno de por sí.

Por lo cual lo que cada uno guardó, y sus riquezas sobre el arroyo de los sauces serán llevadas.

Y revolveré egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y reino contra reino.

Y acontecerá en aquel día, que herirá el SEÑOR desde el álveo del río Eufrates hasta el río de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis ayuntados uno a uno.

He aquí, el SEÑOR tiene uno valiente y fuerte que viene como turbión de granizo, y como torbellino trastornador; como ímpetu de recias aguas que salen de madre, con fuerza de mano derriba a tierra.

Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos ; hasta que quedéis como mástil en la cumbre del monte; y como bandera sobre algún cabezo.

Allí anidará el cuclillo, conservará sus huevos , y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas. También se ayuntarán allí buitres, cada uno con su compañera.

No escuchéis a Ezequías, porque el rey de Asiria dice así: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo.

Mirad no os engañe Ezequías diciendo: El SEÑOR nos librará. ¿Libraron los dioses de los gentiles cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria?

Así te serán aquellos, con quien te fatigaste, tus negociantes desde tu niñez; cada uno echará por su camino, no habrá quien te salve.

Y esos perros ansiosos son insaciables; y los mismos pastores no supieron entender; todos ellos miran a sus caminos, cada uno a su provecho, cada uno por su cabo.

Porque he aquí que yo convoco todas las familias de los reinos del aquilón, dijo el SEÑOR; y vendrán, y pondrá cada uno su asiento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y en todas las ciudades de Judá.

A ella vendrán pastores y sus rebaños; junto a ella en derredor pondrán sus tiendas; cada uno apacentará a su parte.

Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus heredades a quien las heredará, porque desde el chico hasta el grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño.

Y cada uno engaña a su compañero, y no hablan verdad; enseñaron su lengua a hablar mentira, se ocupan de hacer perversamente.

Mas no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su corazón malvado; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este Pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron.

Y será que, después que los hubiere arrancado, tornaré y tendré misericordia de ellos, y los haré volver cada uno a su heredad, y cada cual a su tierra.

y los quebrantaré el uno con el otro, los padres con los hijos juntamente, dice el SEÑOR: no perdonaré, ni tendré piedad, ni misericordia para no destruirlos.

y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí.

Ahora, pues, habla ahora a todo hombre de Judá, y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejorad vuestros caminos y vuestras obras.

Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas; y cada uno comerá la carne de su amigo, en el cerco y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus almas.

Y señalaré contra ti disipadores, cada uno con sus armas; y cortarán tus cedros escogidos, y los echarán en el fuego.

Y muchos gentiles pasarán junto a esta ciudad, y dirán cada uno a su compañero: ¿Por qué lo hizo así el SEÑOR con esta gran ciudad?

¿No piensan cómo hacen a mi pueblo olvidarse de mi Nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, tanto que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal?

Por tanto, he aquí yo estoy contra los profetas, dice el SEÑOR, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano.

Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Carga del SEÑOR; porque la palabra de cada uno le será por carga; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, del SEÑOR de los ejércitos, Dios nuestro.

grande en consejo, y magnífico en hechos, porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras;

que cada uno dejase su siervo, y cada uno su sierva, hebreo y hebrea, libres; que ninguno usase de los judíos sus hermanos como de siervos.

Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar cada uno su siervo y cada uno su sierva libres, que ninguno usase más de ellos como de siervos, escucharon, y los dejaron.

Al cabo de siete años dejaréis cada uno a su hermano hebreo que te fuere vendido; te servirá pues seis años, y lo enviarás libre de ti; mas vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído.

Y vosotros os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la Casa sobre la cual es llamado mi nombre.

Pero os tornasteis y contaminasteis mi nombre, y tornasteis a tomar cada uno su siervo y cada uno su sierva, que habíais dejado libres a su voluntad; y los sujetasteis para que os sean siervos y siervas.

Por tanto, así dijo el SEÑOR: Vosotros no me oísteis a mí en promulgar cada uno libertad a su hermano, y cada uno a su compañero: he aquí que yo os promulgo libertad, dijo el SEÑOR, a cuchillo y a pestilencia, y a hambre; y os pondré en remoción a todos los reinos de la tierra.

Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviando, diciendo: Tornaos ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y vivid en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.

Si por ventura oyere la Casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, para que se torne cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado.

si por ventura caerá oración de ellos en la presencia del SEÑOR, y se tornarán cada uno de su mal camino; porque grande es el furor y la ira que ha hablado el SEÑOR contra este pueblo.

Y fue que, cuando oyeron todas aquellas palabras, cada uno se volvió espantado a su compañero, y dijeron a Baruc: Sin duda contaremos al rey todas estas palabras.

Porque aunque vosotros hirieseis todo el ejército de los caldeos que pelean con vosotros, y quedasen de ellos hombres alanceados, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán fuego a esta ciudad.

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