2 Crónicas 6:40

Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

2 Crónicas 7:15

Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar;

Salmos 17:1

Oye, oh SEÑOR, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración hecha sin labios de engaño.

Nehemías 1:6

esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel con que hemos pecado contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

Nehemías 1:11

Te ruego, oh SEÑOR, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean temer tu nombre; y ahora concede hoy buen suceso a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo era maestresala del rey.

1 Reyes 8:52

Que tus ojos estén abiertos a la oración de tu siervo, y a la plegaria de tu pueblo Israel, para oírlos en todo aquello por lo que te invocaren;

2 Crónicas 16:9

Porque los ojos del SEÑOR contemplan toda la tierra, para corroborar a los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá guerra contra ti.

Salmos 7:3

SEÑOR Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad;

Salmos 13:3

Mira, óyeme, SEÑOR Dios mío: Alumbra mis ojos, para que no duerma en muerte;

Salmos 22:1-2

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?

Salmos 31:2

Inclina a mí tu oído, líbrame presto; seme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.

Salmos 34:15

Sámec Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.

Salmos 88:1

Oh SEÑOR, Dios de mi salud, día y noche clamo delante de ti.

Salmos 116:2

Porque ha inclinado a mí su oído, le invocaré en todos mis días.

Isaías 37:17

Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, el cual ha enviado sus mensajeros a blasfemar al Dios viviente.

Daniel 9:16-19

Oh Señor, según toda tu justicia, apartese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la iniquidad de nuestros padres, Jerusalén y todo tu pueblo es dado en vergüenza a todos nuestros alrededores.

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