Génesis 32:26
Y dijo: Déjame, que el alba sube. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.
Oseas 12:4
Dominó al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros.
Éxodo 32:10
Ahora pues, déjame que se encienda mi furor en ellos, y los consuma; y a ti yo te pondré sobre gran gente.
Deuteronomio 9:14
Déjame que los destruya, y raiga su nombre de debajo del cielo; que yo te haré en nación fuerte y mucho más grande que ellos.
1 Crónicas 4:10
E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh si me dieras bendición, y ensancharas mi término, y si tu mano fuera conmigo, y me libraras de mal, que no me dañe! E hizo Dios que le viniera lo que pidió.
Salmos 67:1
Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros (Selah);
Salmos 67:6-7
Entonces la tierra dará su fruto; nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
Salmos 115:12-13
El SEÑOR se acordó de nosotros; bendecirá sobremanera a la casa de Israel; bendecirá a la casa de Aarón.
Cantares 3:4
Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en la casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz.
Cantares 7:5
Tu cabeza sobre ti, es como la grana; y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey ligada en los corredores.
Isaías 45:11
Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; inquiridme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.
Isaías 64:7
Y nadie hay que invoque tu nombre, ni que se despierte para tenerte, por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras iniquidades.
Lucas 18:1-7
Y les dijo también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar,
Lucas 24:28-29
Y llegaron a la aldea a donde iban; y él hizo como que iba más lejos.
Romanos 8:37
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por aquel que nos amó.
1 Corintios 15:58
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.
2 Corintios 12:8-9
Por lo cual tres veces he rogado al Señor, que se quite de mí.
Hebreos 5:7
El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su temor reverente.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido