Juan 15:4

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.

1 Juan 2:6

El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo.

Gálatas 2:20

Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la {vida} que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Juan 6:56

El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.

Juan 14:20

En ese día conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

Juan 17:23

yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí.

Filipenses 1:11

llenos del fruto de justicia que {es} por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

Colosenses 1:23

si en verdad permanecéis en la fe bien cimentados y constantes, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.

2 Juan 1:9

Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo.

Cantares 8:5

¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo del manzano te desperté; allí tu madre tuvo dolores de parto por ti, allí tuvo dolores de parto, {y} te dio a luz.

Isaías 27:10-11

Porque solitaria está la ciudad fortificada, una morada desamparada y abandonada como un desierto; allí pastará el becerro, y allí se echará y se alimentará de sus ramas.

Ezequiel 15:2-5

Hijo de hombre, ¿en qué es {mejor} la madera de la vid que cualquier {otra} rama de árbol que haya entre los árboles del bosque?

Oseas 14:8

Efraín, ¿qué tengo yo que ver ya con los ídolos? Yo respondo y te cuido. Yo soy como un frondoso ciprés; de mí procede tu fruto.

Lucas 8:15

Pero la {semilla} en la tierra buena, éstos son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con {su} perseverancia.

Juan 6:68-69

Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Juan 8:31

Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en El: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos;

Juan 15:5-7

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.

Hechos 11:23

el cual, cuando vino y vio la gracia de Dios, se regocijó y animaba a todos para que con corazón firme permanecieran {fieles} al Señor;

Hechos 14:22

fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y {diciendo:} Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

Romanos 8:9-10

Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El.

2 Corintios 12:8-10

Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que {lo} quitara de mí.

2 Corintios 13:5

Poneos a prueba {para ver} si estáis en la fe; examinaos a vosotros mismos. ¿O no os reconocéis a vosotros mismos de que Jesucristo está en vosotros, a menos de que en verdad no paséis la prueba?

Efesios 3:17

de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones; {y} que arraigados y cimentados en amor,

Colosenses 1:27

a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.

Colosenses 2:6

Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, {así} andad en El;

1 Tesalonicenses 3:5

Por eso también yo, cuando ya no pude soportar más, envié para informarme de vuestra fe, por temor a que el tentador os hubiera tentado y que nuestro trabajo resultara en vano.

Hebreos 10:39

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.

1 Juan 2:24-28

En cuanto a vosotros, que permanezca en vosotros lo que oísteis desde el principio. Si lo que oísteis desde el principio permanece en vosotros, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

Judas 1:20-21

Pero vosotros, amados, edificándoos en vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

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