Y estaban en el camino subiendo á Jerusalem; y Jesús iba delante de ellos, y se espantaban, y le seguían con miedo: entonces volviendo á tomar á los doce aparte, les comenzó á decir las cosas que le habían de acontecer:

Y subiendo Jesús á Jerusalem, tomó sus doce discípulos aparte en el camino, y les dijo:

Y aconteció que, como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir á Jerusalem.

Escucha pues ahora, Josué gran sacerdote, tú, y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones simbólicos: He aquí, yo traigo á mi siervo, el Pimpollo.

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las hayas revelado á los niños.

Y él respondiendo, les dijo: Por que á vosotros es concedido saber los misterios del reino de los cielos; mas á ellos no es concedido.

Y sin parábola no les hablaba; mas á sus discípulos en particular declaraba todo.

Y vuelto particularmente á los discípulos, dijo: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis:

Y Jesús, tomando á los doce, les dijo: He aquí subimos á Jerusalem, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre.

Dícenle los discípulos: Rabbí, ahora procuraban los Judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?

Dijo entonces Tomás, el que se dice el Dídimo, á sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.

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