Salmos 15:1

Salmo de David. JEHOVA, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en el monte de tu santidad?

Salmos 61:4

Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre: Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.

Salmos 2:6

Yo empero he puesto mi rey Sobre Sión, monte de mi santidad.

Salmos 1:1-4

BIENAVENTURADO el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Salmos 3:4

Con mi voz clamé á Jehová, Y él me respondió desde el monte de su santidad. (Selah.)

Salmos 21:3-5

Pues le has salido al encuentro con bendiciones de bien: Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

Salmos 23:6

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Salmos 24:3-5

¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en el lugar de su santidad?

Salmos 27:4-6

Una cosa he demandado á Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Salmos 43:3-4

Envía tu luz y tu verdad: éstas me guiarán, Me conducirán al monte de tu santidad, Y á tus tabernáculos.

Salmos 84:4

Bienaventurados los que habitan en tu casa: Perpetuamente te alabarán (Selah.)

Salmos 87:1-3

A los hijos de Coré: Salmo: Canción. SU cimiento es en montes de santidad.

Salmos 92:13

Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.

Juan 3:3-5

Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

Juan 14:3

Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré á mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Juan 17:24

Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi gloria que me has dado: por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo.

Hebreos 12:22

Mas os habéis llegado al monte de Sión, y á la ciudad del Dios vivo, Jerusalem la celestial, y á la compañía de muchos millares de ángeles,

Apocalipsis 7:14-17

Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.

Apocalipsis 14:1

Y MIRÉ, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes.

Apocalipsis 21:3-4

Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos.

Apocalipsis 21:23-24

Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera.

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