30 Versículo de la Biblia sobre Cómo la muerte es inevitable
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Y así como está decretado que los hombres mueran una {sola} vez, y después de esto, el juicio,
Pues ciertamente moriremos; somos como el agua derramada en tierra que no se vuelve a recoger. Pero Dios no quita la vida, sino designa medios para que el desterrado no sea alejado de él.
Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí.
Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, ni tienen ya ninguna recompensa, porque su memoria está olvidada.
Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, {pero} Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.
Preparó senda para su ira; no eximió sus almas de la muerte, sino que entregó sus vidas a la plaga,
tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
Pues sé que a la muerte me llevarás, a la casa de reunión de todos los vivientes.
`Vuestros padres, ¿dónde están? Y los profetas, ¿viven para siempre?
Entonces dije: No os apacentaré {más.} La que ha de morir, que muera; y la que ha de ser destruida, que sea destruida; y las que queden, cómanse la carne unas a otras.
Y los habitantes, al ver el animal colgando de su mano, decían entre sí: Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, Justicia no le ha concedido vivir.
Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS.
Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, {los recibe} uno de quien se da testimonio de que vive.
Los sacerdotes {anteriores} eran más numerosos porque la muerte les impedía continuar,
Y había cuatro leprosos a la entrada de la puerta, y se dijeron el uno al otro: ¿Por qué estamos aquí sentados esperando la muerte?
Como ovejas son destinados para el Seol, la muerte los pastoreará, los rectos los regirán por la mañana; su forma será para que el Seol la consuma, de modo que no tienen morada.
Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá, yéndose tal como vino; nada saca del fruto de su trabajo que pueda llevarse en la mano.
Porque la tristeza que es conforme a {la voluntad de} Dios produce un arrepentimiento {que conduce} a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.
``Te harán bajar al sepulcro, y morirás con la muerte de los que mueren en el corazón de los mares.
para que no se exalten en su altura ninguno de los árboles junto a las aguas, ni alcen su copa entre las nubes, ni confíen en su altura sus poderosos bien regados. Porque todos han sido entregados a la muerte, a las profundidades de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.'
Y sucederá que si diez hombres quedan en una misma casa, morirán.
He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos. Porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; ha sido exterminado por completo.
Así dice el SEÑOR: Aunque estén con todo {su vigor} y por más que sean muchos, aun así serán cortados y desaparecerán. Aunque te haya afligido, no te afligiré más.
`Ahora pues, manda poner a salvo tus ganados y todo lo que tienes en el campo, {porque} todo hombre o {todo} animal que se encuentre en el campo, y no sea traído a la casa, morirá cuando caiga sobre ellos el granizo.'"
Porque yo moriré en esta tierra, no cruzaré el Jordán; mas vosotros pasaréis y tomaréis posesión de esta buena tierra.
Dijo también David: Vive el SEÑOR, que ciertamente el SEÑOR lo herirá, o llegará el día en que muera, o descenderá a la batalla y perecerá.
No hay hombre que tenga potestad para refrenar el viento con el viento, ni potestad sobre el día de la muerte; y no se da licencia en tiempo de guerra, ni la impiedad salvará a los que la practican.
Cuando Eliseo se enfermó con la enfermedad de la cual había de morir, Jeoás, rey de Israel, descendió a él y lloró sobre su rostro, y dijo: ¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballo!
Ahora pues, sabedlo bien, que moriréis a espada, de hambre y de pestilencia en el lugar adonde deseáis ir a residir.