11 Versículo de la Biblia sobre Controlar a la gente
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El hombre hereje, después de una y otra corrección, deséchalo;
Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿por qué no nosotros? Mas no usamos de esta potestad; antes lo sufrimos todo, para no dar alguna interrupción al curso del Evangelio del Cristo.
Todavía, hermanos, os ruego por el Nombre del Señor nuestro, Jesús el Cristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, antes seáis perfectos, unidos en un mismo entendimiento y en un mismo parecer.
El que no amare al Señor Jesús, el Cristo, sea anatema. Nuestro Señor ha venido.
Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro Evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema.
Y os ruego, hermanos, que miréis por los que causan disensiones y escándalos fuera de la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos.
Y os ruego, hermanos, que miréis por los que causan disensiones y escándalos fuera de la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos. Porque los tales no sirven al Señor nuestro, Jesucristo, sino a sus vientres; y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples.
Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
retenedor de la doctrina conforme a la fiel palabra, para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer a los que contradicen. Porque hay aún muchos contumaces, y habladores de vanidades, y engañadores (de las almas), mayormente los que son de la circuncisión, A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras; enseñando lo que no conviene, por ganancia deshonesta.
Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos: Que habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, maldicientes, desobedientes de sus padres, ingratos, impuros. Sin afecto natural, desleales, calumniadores, sin templanza, sin mansedumbre, sin bondad,Leer más.
traidores, arrebatados, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios; teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; a éstos evita.