27 Versículo de la Biblia sobre Conversación
Versículos Más Relevantes
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia a los oyentes.
El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas.
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal; para que sepáis cómo os conviene responder a cada uno.
Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
También hermanos míos, ante todas las cosas no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro cualquier juramento; mas vuestro sí sea sí; y vuestro no, no; para que no caigáis en condenación.
Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, palabras deshonestas de vuestra boca.
Porque juntos comunicábamos dulcemente los secretos, en la Casa de Dios andábamos en compañía.
Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.
Y ellos se llenaron de rabia; y hablaban los unos a los otros qué harían a Jesús.
Ellos entonces comenzaron a preguntar entre sí, cuál de ellos sería el que había de hacer esto.
E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acaecido. Y aconteció que yendo en comunión entre sí, y preguntándose el uno al otro, el mismo Jesús se llegó, e iba con ellos juntamente.
Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué Palabra sale del SEÑOR.
Y el rey habló con ellos, y no fue hallado entre todos ellos otro como Daniel, Ananías, Misael, y Azarías; y así, estuvieron delante del rey.
¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi Señor hablar con este mi Señor? Porque en este instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.
Entonces los que temen al SEÑOR hablaron cada uno a su compañero; y el SEÑOR escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen al SEÑOR, y para los que piensan en su Nombre.
Y estando él aún hablando a la multitud, he aquí su madre y sus hermanos estaban fuera, que le querían hablar.
Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Es porque no tomamos pan.
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tomasteis pan?
Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
Y les dijo: ¿Qué pláticas son éstas que tratáis entre vosotros andando, y estáis tristes?
Después subiendo, y partiendo el pan, y gustando, habló largamente hasta el alba, y así salió.
Esperando también con esto, que de parte de Pablo le serían dados dineros, para que le soltara; por lo cual, haciéndole venir muchas veces, hablaba con él.
Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondió: ¿A César has apelado? A César irás.
Y cuando venía Moisés delante del SEÑOR para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, hablaba con los hijos de Israel lo que le era mandado;
y veían los hijos de Israel el rostro de Moisés, que la tez de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con El.