75 Versículo de la Biblia sobre De pie
Versículos Más Relevantes
Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
Y dijo aún el SEÑOR: He aquí lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;
Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hubiereis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán.
Y el profeta se fue, y se puso delante del rey en el camino, y se disfrazó con un velo sobre los ojos.
Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están fuera, y te quieren hablar.
Y saliendo cerca de la hora tercera, vio otros que estaban en la plaza ociosos;
Y un poco después llegaron los que estaban por allí, y dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu habla te hace manifiesto.
Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas.
Oyendo pues ellos esto (redargüidos de la conciencia), se salían uno a uno, comenzando desde los más viejos (hasta los postreros), y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
Y el asna vio al ángel del SEÑOR, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.
diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas que estaban delante de las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro.
En aquel tiempo apartó el SEÑOR la tribu de Leví, para que llevara el arca del pacto del SEÑOR, para que estuviera delante del SEÑOR para ministrarle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy.
Y estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos, y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué yéndose hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y se presentó por cuarenta días.
Y alzando David sus ojos, vio al ángel del SEÑOR, que estaba entre el cielo y la tierra, teniendo una espada desnuda en su mano extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.
Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.
Y fue mostrada a Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa a Macedonia, y ayúdanos.
Y después de estas cosas vi cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
Y mandó el rey llamar a magos, astrólogos, encantadores, y caldeos, para que mostraran al rey sus sueños. Los cuales vinieron, y se presentaron delante del rey.
Bienaventurados tus varones, bienaventurados éstos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría.
Entonces él dijo: Oye, pues, palabra del SEÑOR: Yo vi al SEÑOR sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su diestra y a su siniestra.
Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba en pie.
Y Esdras el escriba estaba sobre un púlpito de madera, que habían hecho para ello; y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías, y Maasías, a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías, y Mesulam.
Y envió el rey a Jehudí a que tomara el rollo, el cual lo tomó de la cámara de Elisama escriba, y leyó en él Jehudí a oídos del rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban.
Y me dijo: Daniel, varón de deseos, está atento a las palabras que yo te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque yo soy enviado ahora a ti. Y estando hablando conmigo esto, yo estaba temblando.
Y respondiendo el ángel le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y soy enviado a hablarte, y a darte este evangelio.
Y el ángel me respondió, y me dijo: Estos son los cuatro espíritus de los cielos, que salen de donde están delante del Señor de toda la tierra.
Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas naciones y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de luengas ropas blancas, y palmas en sus manos;
Y vi siete ángeles que estaban delante de Dios; y les fueron dadas siete trompetas.
Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante del SEÑOR.
Y dijo: No te acerques; quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Y dijeron los levitas, Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid al SEÑOR vuestro Dios eternalmente; y bendiga el nombre de tu gloria; alto sobre toda bendición y alabanza.
Y viendo todo el pueblo la columna de nube, que estaba a la puerta del tabernáculo, se levantaba todo el pueblo, cada uno a la puerta de su tienda y adoraba.
El día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: Júntame el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra; y las enseñarán a sus hijos.
Vosotros todos estáis hoy delante del SEÑOR vuestro Dios; vuestros príncipes de vuestras tribus, vuestros ancianos, y vuestros alcaldes, todos los varones de Israel,
Y ella dijo: ¡Ruego señor mío! Como vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando al SEÑOR.
y para que asistieran cada mañana todos los días a confesar y alabar al SEÑOR, y asimismo por la tarde;
Si mal viniere sobre nosotros, o espada de juicio, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta Casa, y delante de ti (porque tu Nombre está en esta Casa), y de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.
¿Quién subirá al monte del SEÑOR? ¿Y quién estará en el lugar de su santidad?
Y dijo Jeremías profeta a Hananías profeta, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la Casa del SEÑOR.
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en las esquinas de las calles en pie, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo, que ya tienen su salario.
Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también a vosotros vuestras ofensas.
El fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? Por su señor está en pie, o cae; y si cae se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle.
Y aconteció que otro día se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.
Mas tú ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos estaremos delante del tribunal del Cristo.
Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del pariente vengador, \'
entonces los dos hombres litigantes se presentarán delante del SEÑOR, delante de los sacerdotes y jueces que fueren en aquellos días;
Aquí estoy; atestiguad contra mí delante del SEÑOR y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, o si he tomado el asno de alguno, o si he calumniado a alguien, o si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho \'
Y me mostró a Josué, el sumo sacerdote, el cual estaba delante del ángel del SEÑOR; y Satanás estaba a su mano derecha para serle adversario.
Y Jesús estuvo delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron; y he aquí más que Jonás en este lugar.
Entonces Pablo, sabiendo que una parte era de saduceos, y la otra de fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo: de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy yo juzgado.
Y Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde conviene que sea juzgado. A los judíos no he hecho injuria alguna, como tú sabes muy bien.
Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Cuando pasare el torbellino, el malo no será; mas el justo, fundado para siempre.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.
Y cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca.
por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria (de los hijos) de Dios.
Bien; por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme.
Además os declaro, hermanos, el Evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también están firmes;
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
Y el que nos confirma con vosotros a Cristo, y el que nos ungió, es Dios;
Estad, pues, firmes en la libertad en que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez a estar presos en el yugo de servidumbre.
Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
Os saluda Epafras, el cual es de vosotros, siervo de Cristo, siempre solícito por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y cumplidos en todo lo que Dios quiere.
Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
Sed también vosotros pacientes, y confirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.
Por Silvano, el hermano fiel, (según yo pienso), os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.
No os ha tomado tentación, sino la humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.
Tópicos sobre De pie
De pie en la puerta de enlace
Éxodo 32:26se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién es del SEÑOR? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
Lavado de pies
Génesis 18:4Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
Lavado de pies
Génesis 18:4Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
Tipos de pies
Ezequiel 1:7Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como la planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido.