69 Versículo de la Biblia sobre Dios, como redentor
Versículos Más Relevantes
Nuestro Redentor, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
Pero a ese profeta o a ese soñador de sueños se le dará muerte, por cuanto ha aconsejado rebelión contra el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te redimió de casa de servidumbre, para apartarte del camino en el cual el SEÑOR tu Dios te mandó andar. Así quitarás el mal de en medio de ti.
Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía y redentor mío.
mas porque el SEÑOR os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el SEÑOR os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto.
¿Levántate! Sé nuestra ayuda, y redímenos por amor de tu misericordia.
Y oré al SEÑOR, y dije: ``Oh Señor DIOS, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad, que tú has redimido con tu grandeza, que tú has sacado de Egipto con mano fuerte.
¿Y qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel, al cual viniste a redimir para ti como pueblo, a fin de darte un nombre, y hacer grandes cosas a su favor y cosas portentosas para tu tierra, ante tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, {de} naciones y {de} sus dioses?
¿Y qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel, al cual Dios vino a redimir {como} pueblo para sí, a fin de darte un nombre {por medio} de cosas grandes y terribles, al echar naciones de delante de tu pueblo, al que rescataste de Egipto?
Y ellos son tus siervos y tu pueblo, los que tú redimiste con tu gran poder y con tu mano poderosa.
se acordaban de que Dios era su roca, y el Dios Altísimo su Redentor.
El ha enviado redención a su pueblo, ha ordenado su pacto para siempre; santo y temible es su nombre.
Mas ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú.
Así dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te enseña para {tu} beneficio, que te conduce por el camino en que debes andar.
Porque tu esposo es tu Hacedor, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra.
Porque tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conoce, ni nos reconoce Israel. Tú, oh SEÑOR, eres nuestro Padre, desde la antigüedad tu nombre es Nuestro Redentor.
Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los heveos y de los jebuseos. Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.
Y daré a este pueblo gracia ante los ojos de los egipcios; y sucederá que cuando os vayáis, no os iréis con las manos vacías,
Y yo endureceré el corazón de Faraón, y él los perseguirá; y yo seré glorificado por medio de Faraón y de todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR. Y así lo hicieron.
``Y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el SEÑOR tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por lo tanto, el SEÑOR tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposo.
Y te acordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el SEÑOR tu Dios te redimió; por eso te ordeno esto hoy.
``Perdona a tu pueblo Israel, al cual has redimido, oh SEÑOR, y no imputes la sangre inocente a tu pueblo Israel." Y la culpa de la sangre les será perdonada.
sino que recordarás que fuiste esclavo en Egipto y que el SEÑOR tu Dios te rescató de allí; por tanto, yo te mando que hagas esto.
Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y escuchaste su clamor junto al mar Rojo. Entonces hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra; pues supiste que ellos los trataban con soberbia, y te hiciste un nombre como el de hoy. Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio del mar sobre tierra firme; y echaste en los abismos a sus perseguidores, como a una piedra en aguas turbulentas.
Tú eres el Dios que hace maravillas, has hecho conocer tu poder entre los pueblos. Con tu brazo has redimido a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. (Selah) Las aguas te vieron, oh Dios, te vieron las aguas y temieron, los abismos también se estremecieron.Leer más.
Derramaron aguas las nubes, tronaron los nubarrones, también tus saetas centellearon por doquier. La voz de tu trueno {estaba} en el torbellino, los relámpagos iluminaron al mundo, la tierra se estremeció y tembló. En el mar {estaba} tu camino, y tus sendas en las aguas inmensas, y no se conocieron tus huellas. Como rebaño guiaste a tu pueblo por mano de Moisés y de Aarón.
También Israel entró en Egipto, así peregrinó Jacob en la tierra de Cam. E hizo que su pueblo se multiplicara mucho, y los hizo más fuertes que sus adversarios. Cambió el corazón de éstos para que odiaran a su pueblo, para que obraran astutamente contra sus siervos.Leer más.
Envió a Moisés su siervo, {y} a Aarón a quien había escogido. Estos hicieron las maravillas de Dios entre ellos, y prodigios en la tierra de Cam. Mandó tinieblas e hizo que se oscureciera, pero ellos no prestaron atención a sus palabras. Convirtió sus aguas en sangre, e hizo morir sus peces. Pululó su tierra de ranas {hasta} en las alcobas de sus reyes. El habló, y vinieron enjambres de moscas {y} mosquitos por todo su territorio. Les dio granizo por lluvia, {y} llamas de fuego en su tierra. Devastó también sus vides y sus higueras, y destrozó los árboles de sus territorios. El habló, y vinieron langostas, {y} orugas sin número; que devoraron toda la vegetación de su país, y se comieron el fruto de su suelo. También hirió {de muerte} a todo primogénito de su tierra; las primicias de todo su vigor. Pero a ellos los sacó con plata y oro, y entre sus tribus no hubo quien tropezara. Egipto se alegró cuando se fueron, porque su terror había caído sobre ellos.
Mas yo {he sido} el SEÑOR tu Dios desde la tierra de Egipto; no reconocerás a otro dios fuera de mí, pues no hay más salvador que yo.
Pues yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí, y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a Miriam.
Y pasados cuarenta años, SE LE APARECIO UN ANGEL EN EL DESIERTO DEL MONTE Sinaí, EN LA LLAMA DE UNA ZARZA QUE ARDIA. Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino {a él} la voz del Señor: ``YO SOY EL DIOS DE TUS PADRES, EL DIOS DE ABRAHAM, DE ISAAC, Y DE JACOB." Moisés temblando, no se atrevía a mirar.Leer más.
PERO EL SEÑOR LE DIJO: ``QUITATE LAS SANDALIAS DE LOS PIES, PORQUE EL LUGAR DONDE ESTAS ES TIERRA SANTA. ``CIERTAMENTE HE VISTO LA OPRESION DE MI PUEBLO EN EGIPTO Y HE OIDO SUS GEMIDOS, Y HE DESCENDIDO PARA LIBRARLOS; VEN AHORA Y TE ENVIARE A EGIPTO." Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: `` ¿QUIEN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ?" es el {mismo} que Dios envió {para ser} gobernante y libertador con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza. Este hombre los sacó, haciendo prodigios y señales en la tierra de Egipto, en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años.
No temas, gusano de Jacob, {vosotros} hombres de Israel; yo te ayudaré --declara el SEÑOR-- y tu Redentor es el Santo de Israel.
Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a {otros} hombres en lugar tuyo, y a {otros} pueblos por tu vida.
Así dice el SEÑOR, el Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: ``Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios.
Haré comer a tus opresores su propia carne, y como con vino dulce, con su sangre se embriagarán; y toda carne sabrá que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
Y mamarás la leche de las naciones, al pecho de los reyes mamarás; entonces sabrás que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
Y los llamarán: Pueblo Santo, redimidos del SEÑOR. Y a ti te llamarán: Buscada, ciudad no abandonada.
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Oprimidos están los hijos de Israel y los hijos de Judá a una; todos los que los tomaron cautivos los han retenido, se han negado a soltarlos. {Pero} su Redentor es fuerte, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; defenderá su causa con energía para traer reposo a la tierra y turbación a los habitantes de Babilonia. Espada contra los caldeos --declara el SEÑOR-- y contra los habitantes de Babilonia, contra sus oficiales y sus sabios.
Levantad bandera contra los muros de Babilonia; reforzad la guardia, apostad centinelas, preparad emboscadas; porque el SEÑOR ha decidido, y también ejecutará lo que habló acerca de los habitantes de Babilonia.
Retuércete y gime, hija de Sion, como mujer de parto, porque ahora saldrás de la ciudad y habitarás en el campo, e irás hasta Babilonia. Allí serás rescatada, allí te redimirá el SEÑOR de la mano de tus enemigos.
Y les silbaré para reunirlos, porque los he redimido; y serán tan numerosos como eran.
El SEÑOR redime el alma de sus siervos; y no será condenado ninguno de los que en El se refugian.
Por tanto el SEÑOR, que redimió a Abraham, dice así acerca de la casa de Jacob: Jacob no será ahora avergonzado, ni palidecerá ahora su rostro;
Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo.
Me sacarás de la red que en secreto me han tendido; porque tú eres mi refugio. En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh SEÑOR, Dios de verdad.
Tú has defendido, oh Señor, la causa de mi alma, tú has redimido mi vida.
Los salvó de mano del que {los} odiaba, y los redimió de mano del enemigo.
Dígan{lo} los redimidos del SEÑOR, a quienes ha redimido de la mano del adversario,
Te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la garra de los violentos.
Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob, y lo ha redimido de manos más fuertes que él.
Oh Israel, espera en el SEÑOR, porque en el SEÑOR hay misericordia, y en El hay abundante redención; El redimirá a Israel de todas sus iniquidades.
Y vendrá un Redentor a Sion y a los que en Jacob se aparten de la transgresión --declara el SEÑOR.
¿Ay de ellos, pues de mí se han alejado! Sobre ellos vendrá la destrucción, porque contra mí se han rebelado; yo los redimiría, pero ellos hablan mentiras contra mí.
Mas yo en mi integridad andaré; redímeme, y ten piedad de mí.
Sion será redimida con juicio, y sus arrepentidos con justicia. Pero los transgresores y los pecadores serán aplastados a una, y los que abandonan al SEÑOR perecerán.
Pero Dios redimirá mi alma del poder del Seol, pues El me recibirá. (Selah)
Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha mi piel, aun en mi carne veré a Dios; al cual yo mismo contemplaré, y a quien mis ojos verán y no {los de} otro. ¿Desfallece mi corazón dentro de mí!
el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión;
Porque El nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados.
Bendito {sea} el Señor, Dios de Israel, porque {nos} ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo,
por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús,
Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención,
Comprados fuisteis por precio; no os hagáis esclavos de los hombres.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo {la} ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo {la} ley, para que recibiéramos la adopción de hijos.
En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia
Pero cuando Cristo apareció {como} sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna.
sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas {como} oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, {la sangre} de Cristo. Porque El estaba preparado {desde} antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotrosLeer más.
que por medio de El sois creyentes en Dios, que le resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.Leer más.
Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora. Y no sólo {ella}, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.
Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención.
En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión {adquirida de Dios}, para alabanza de su gloria.