29 Versículo de la Biblia sobre Inminencia
Versículos Más Relevantes
Tocad shofar en Sion, y pregonad en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra; porque viene el día del SEÑOR, porque está cercano.
Porque el día del SEÑOR está cercano sobre todos los gentiles; como tú hiciste se hará contigo; tu galardón volverá sobre tu cabeza.
Cercano está el día grande del SEÑOR, cercano y muy presuroso; voz amarga del día del SEÑOR; gritará allí el valiente.
Y le dijo Dios: Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será?
Vosotros pues también, estad apercibidos; porque a la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá.
Vuestra modestia sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados. He aquí, el juez está delante de la puerta.
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, templados, y velad en oración.
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca.
Tocad shofar en Sion, y pregonad en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra; porque viene el día del SEÑOR, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; que sobre los montes se derrama como el alba; un pueblo grande y fuerte; nunca desde el siglo fue semejante, ni después de él será jamás en años de generación en generación.
y juró por el que vive para siempre jamás, que ha creado el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no será más;
Y otro ángel le siguió, diciendo: Ya es caída, ya es caída Babilonia, aquella gran ciudad, porque ella ha dado a beber a todos los gentiles del vino de la ira de su fornicación.
Sed también vosotros pacientes, y confirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que conviene que sean hechas presto; y envió, y las indicó por señales por su ángel a Juan su siervo,
He aquí, que yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Y he aquí, vengo presto: Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan soy el que ha oído, y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Y él me dijo: Mira que no lo hagas, porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de la profecía de este libro. Adora a Dios.Leer más.
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es sucio, ensúciese todavía. Y el que es justo, sea todavía justificado; y el santo sea santificado todavía. Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.
El que no amare al Señor Jesús, el Cristo, sea anatema. Nuestro Señor ha venido.
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca nuestra salud que cuando creímos. La noche ha pasado, y ha llegado el día; echemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz,
Y esperar a su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos: a Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesús el Cristo.
de tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación del Señor nuestro, Jesús el Cristo;
Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesús el Cristo, os es manifestado,
Mas nuestra vivienda está en los cielos; de donde también esperamos el Salvador, al Señor Jesús el Cristo;
así también el Cristo es ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; la segunda vez se manifestará para salud a los que sin pecado lo esperan.
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.
Y sentándose él en el Monte de las Olivas, se acercaron a él los discípulos aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.Leer más.
Y oiréis guerras, y rumores de guerras; mirad que no os turbéis; porque es necesario que todo esto acontezca; mas aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas, son principio de dolores. Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas las naciones por causa de mi nombre. Muchos entonces serán escandalizados; y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se enfriará. Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este Evangelio del Reino en el mundo entero, por testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando viereis la abominación de asolamiento, que fue dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda). Entonces los que están en Judea, huyan a los montes; y el que sobre el terrado, no descienda a tomar algo de su casa; y el que en el campo, no vuelva otra vez a tomar sus vestidos. Mas ¡ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado; porque habrá entonces gran tribulación, cual no fue desde el principio del mundo hasta ahora, ni será. Y si aquellos días no fueran acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. Entonces, si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, o allí, no creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos. He aquí os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está, no salgáis; he aquí en las cámaras, no creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre. Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. Y luego, después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas. Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. Y enviará sus ángeles con trompeta y gran voz; y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro. Del árbol de la higuera aprended la comparación: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan.
De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas.
Y cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la Casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros el lugar. Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.Leer más.
Así que sabéis a dónde yo voy; y sabéis el camino.