Y sucedía que cuantas veces se calentaban las tempranas, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en las pilas, para que concibiesen delante de las varas.

Y cuando venían las ovejas tardías, no las ponía; así eran las tardías para Labán, y las tempranas para Jacob.

Entonces les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días.

Y al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa hay más dulce que la miel? ¿Y qué cosa hay más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no araseis con mi novilla, nunca hubierais descubierto mi enigma.

¿Diste tú al caballo la fortaleza? ¿Vestiste tú su cerviz de relincho?

escarba la tierra, se alegra en su fuerza, sale al encuentro de las armas;

Vanidad es el caballo para la salud; con la grandeza de su fuerza no librará.

Sin bueyes el alfolí está limpio; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.

¿Por ventura confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, y le fiarás tu labor?

He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre.

Yo no callaré sus miembros, ni lo de sus fuerzas y la gracia de su disposición.

En su cerviz mora la fortaleza, y delante de él es deshecho el trabajo.

Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible, y en gran manera fuerte; la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; y era muy diferente de todas las bestias que habían sido antes de ella, y tenía diez cuernos.