16 Versículo de la Biblia sobre las mujeres bellas
Versículos Más Relevantes
Y en toda la tierra no se encontraban mujeres tan hermosas como las hijas de Job; y su padre les dio herencia entre sus hermanos.
y veas entre los cautivos una mujer hermosa, y la desees, y la tomes para ti por mujer,
los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban.
Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de bella figura y de hermoso parecer.
Y sucedió que cuando se acercaba a Egipto, dijo a Sarai su mujer: Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer; y sucederá que cuando te vean los egipcios, dirán: ``Esta es su mujer"; y me matarán, pero a ti te dejarán vivir. Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y para que yo viva gracias a ti.Leer más.
Y aconteció que cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa.
Y sucedió que antes de haber terminado de hablar, he aquí que Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham, salió con el cántaro sobre su hombro. La joven era muy hermosa, virgen, ningún hombre la había conocido; bajó ella a la fuente, llenó su cántaro y subió.
Y cuando los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer, él dijo: Es mi hermana; porque tenía temor de decir: Es mi mujer. {Porque pensaba:} no sea que los hombres del lugar me maten por causa de Rebeca, pues es de hermosa apariencia.
El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer {era} inteligente y de hermosa apariencia, pero el hombre {era} áspero y malo en {sus} tratos, y {era} calebita.
Después de esto aconteció que teniendo Absalón, hijo de David, una hermana {muy} hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón, hijo de David.
Y a Absalón le nacieron tres hijos y una hija que se llamaba Tamar; era ella una mujer de hermosa apariencia.
Se buscó a una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita y la trajeron al rey. La joven era muy hermosa; ella cuidaba al rey y le servía, pero el rey no la conoció.
Entonces el rey deseará tu hermosura; inclínate ante él, porque él es tu señor.
Paloma mía, en las grietas de la peña, en lo secreto de la senda escarpada, déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante.
¿Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, oh hija de príncipe! Las curvas de tus caderas son como joyas, obra de manos de artífice.
Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos.