31 Versículo de la Biblia sobre Los cielos y Los Ángeles
Versículos Más Relevantes
Y vi siete ángeles que estaban delante de Dios; y les fueron dadas siete trompetas.
Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia, y la tierra fue alumbrada de su gloria;
Y vi un ángel descender del cielo, que tenía la llave del abismo, y una gran cadena en su mano.
Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria.
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles?
porque escrito está: Que a sus ángeles mandará de ti, que te guarden;
y a vosotros, que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, con llama de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al Evangelio del Señor nuestro, Jesús el Cristo;
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en la redondez de la tierra, dice: Y adórenlo todos los Angeles de Dios.
el cual está a la diestra de Dios, siendo subido al cielo; a quien están sujetos los ángeles, las Potestades, y Virtudes.
Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido: y he aquí luego un ángel que le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y un vaso de agua; y comió y bebió y se volvió a dormir. Y volviendo el ángel del SEÑOR la segunda vez, le tocó, diciendo: Levántate, come; porque gran camino te resta.Leer más.
Se levantó, pues, y comió y bebió; y caminó con la fortaleza de aquella comida cuarenta días y cuarenta noches, hasta el monte de Dios, Horeb.
Y enviará sus ángeles con trompeta y gran voz; y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.
¿No son todos espíritus servidores, enviados en servicio por amor de los que son los herederos de la salud?
Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios del cual yo soy, y al cual sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que seas presentado delante de César; y he aquí, Dios te ha dado a todos los que navegan contigo.
Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó, e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos, se apartó, y se puso a sus espaldas.
Y levantándose de mañana el que servía al varón de Dios, para salir, he aquí el ejército que tenía cercada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ay, señor mío! ¿qué haremos? Y él le dijo: No tengas miedo; porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh SEÑOR, que abras sus ojos para que vea. Entonces el SEÑOR abrió los ojos del joven, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
Porque a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.
Mirad que no tengáis en poco a alguno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos.
Y vi otro ángel que subía del nacimiento del sol, teniendo el sello del Dios vivo; y clamó con gran voz a los cuatro ángeles, a los cuales era dado hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que señalemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.
Y el ángel me respondió, y me dijo: Estos son los cuatro espíritus de los cielos, que salen de donde están delante del Señor de toda la tierra.
Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor se le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.
Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue colgado en un madero. No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id presto, decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos; y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis; he aquí, os lo he dicho.
Y el ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
Este vio en visión manifiestamente, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba a él, y le decía: Cornelio. Y él, puestos en él los ojos, espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas \' Envía pues ahora hombres a Jope, y haz venir a un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
El Dios mío envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hicieran mal; porque delante de él se halló justicia en mí; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho corrupción.
Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo:
Y he aquí, el ángel del Señor sobrevino, y una luz resplandeció en la cárcel; e hiriendo a Pedro en el lado, le despertó, diciendo: Levántate prestamente. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Y soñó, y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
Y le dice: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre.