48 Versículo de la Biblia sobre Los misioneros, soporte para
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Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán. Y seréis llevados ante reyes y gobernadores por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Mas cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué habéis de hablar; porque en aquella misma hora, os será dado lo que habéis de hablar.Leer más.
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra sus padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. Y cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, sin que haya venido el Hijo del Hombre.
Y cuando os llevaren y entregaren, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo premeditéis; sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. Y el hermano entregará a muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y os traerán ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será para testimonio. Proponed, pues, en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder;Leer más.
porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni contradecir. Y seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. En vuestra paciencia poseed vuestras almas.
Porque cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes en todo fuimos atribulados; de fuera, contiendas; de dentro, temores.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.
Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal. De manera que la muerte obra en nosotros, y en vosotros la vida. Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual también hablé; nosotros también creemos, por lo cual también hablamos;
No dando a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que el ministerio no sea vituperado; antes, aprobándonos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en vigilias, en ayunos;
¿Son ministros de Cristo? (como poco sabio hablo) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin medida; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces padecí naufragio; una noche y un día estuve en las profundidades;Leer más.
en jornadas muchas veces; peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros entre los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez. Además de esto, lo que sobre mí se agolpa cada día, la carga de todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace caer, y yo no me enfurezco?
Sé tener escasez, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura, como para hambre; para tener abundancia, como para padecer necesidad.
porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.
Sin embargo para que no se divulgue más por el pueblo, amenacémosles, para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.
Entonces se levantaron unos de la sinagoga que se llama de los libertinos, y cireneos, y alejandrinos, y de los de Cilicia, y de Asia, disputando con Esteban.
Y habiendo atravesado la isla hasta Pafos, hallaron a un hombre hechicero, falso profeta, judío, llamado Barjesús; el cual estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Éste, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. Mas les resistía Elimas, el hechicero (que así se interpreta su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul.
pues aun habiendo antes padecido y sido afrentados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros: Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló en ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre: mas vosotros quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos con poder de lo alto.
pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y me seréis testigos, a la vez, en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Porque no osaría hablar de alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí, para hacer obedientes a los gentiles, con palabra y con obra, con potencia de milagros y prodigios, por el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.
y mi palabra y mi predicación no fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder; para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Y ellos saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor, y confirmando la palabra con señales que les seguían. Amén.
porque yo estoy contigo, y nadie vendrá sobre ti para dañarte; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
Y de allí navegaron a Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.
Y habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos, y los enviaron.
y Pablo, escogiendo a Silas, partió encomendado por los hermanos a la gracia de Dios,
Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos escribieron, exhortando a los discípulos que le recibiesen; y cuando él llegó, ayudó mucho a los que por la gracia habían creído.
cuando partiere para España, iré a vosotros, porque espero veros en mi jornada, y que seré encaminado por vosotros hacia allá, si en parte primero hubiere disfrutado de vuestra compañía.
Si alguno preguntare acerca de Tito, él es mi compañero y colaborador para con vosotros; o acerca de nuestros hermanos; ellos son mensajeros de las iglesias, y la gloria de Cristo. Mostrad, pues, para con ellos y ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro gloriarnos acerca de vosotros.
A Zenas doctor de la ley, y a Apolos, encamínales con solicitud, de modo que nada les falte.
Y los apóstoles que estaban en Jerusalén, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan;
Y la noticia de estas cosas llegó a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. El cual, cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen en el Señor.
Así que cuando ellos fueron despedidos, descendieron a Antioquía; y reuniendo la multitud, entregaron la carta; la cual habiendo leído, se gozaron por la consolación. Y Judas y Silas, siendo también profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.
Antes por el contrario; cuando vieron que el evangelio de la incircuncisión me había sido encomendado, como a Pedro el de la circuncisión (Porque el que fue poderoso en Pedro para el apostolado de la circuncisión, fue poderoso también en mí para con los gentiles); y cuando Jacobo, Cefas, y Juan, que parecían ser columnas, percibieron la gracia que me fue dada, nos dieron a mí y a Bernabé las diestras de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
Sin embargo, bien hicisteis al comunicar conmigo en mi aflicción. Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia comunicó conmigo en el asunto de dar y recibir, sino vosotros solos, pues aun a Tesalónica me enviasteis lo necesario una y otra vez.Leer más.
No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde a vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; perfume de dulce fragancia, sacrificio acepto, agradable a Dios.
Mas consideré necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, mas vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades,
Si nosotros sembramos en vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si cosechamos de vosotros lo material? Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿por qué no nosotros? Pero no hemos usado de este derecho; antes todo lo sufrimos, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. ¿No sabéis que los que ministran en las cosas santas, comen del templo; y que los que sirven al altar, del altar participan?Leer más.
Así también ordenó el Señor que los que predican el evangelio, vivan del evangelio.
Y vendré a vosotros, cuando hubiere pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede y pase el invierno con vosotros, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir.
El que es enseñado en la palabra, comunique en todos sus bienes al que lo instruye.
ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Antes fuimos tiernos entre vosotros, como nodriza que trata con ternura a sus hijos: Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino aun nuestras almas; porque nos erais muy amados.
orando juntamente también por nosotros, que Dios nos abra la puerta de la palabra, para que hablemos el misterio de Cristo, por el cual estoy también preso;
y por mí, para que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio; por el cual soy embajador en cadenas; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.
Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto se tornará para mi liberación,
Finalmente, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada así como entre vosotros;
de donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron a recibir hasta el foro de Appio y Las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.
Mas espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, al saber vuestro estado;
Procura venir pronto a mí; porque Demas me ha desamparado, amando este mundo presente, y se ha ido a Tesalónica; Crescente a Galacia, Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo; porque me es útil para el ministerio.
Cuando enviare a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí a Nicópolis; porque allí he determinado pasar el invierno.