20 Versículo de la Biblia sobre Mendicidad
Versículos Más Relevantes
Nun Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su simiente que mendigue pan.
Y anden sus hijos vagabundos, y mendiguen; y procuren de sus desiertos.
El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará .
Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? Que mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, tengo vergüenza.
Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; pero no como yo quiero, sino como tú.
Entonces pasarán por esta tierra fatigados y hambrientos. Y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Y levantando el rostro en alto,
Entonces vienen a Jericó; y saliendo él de Jericó y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
Y aconteció que acercándose él a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando;
Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, y deseando saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿no es éste el que se sentaba y mendigaba?
Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día a la puerta del Templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el Templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, rogaba que le diesen limosna.
Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le dio voces, y dijo: Salva, rey señor mío.
Llamé a mi siervo, y no respondió; de mi propia boca le suplicaba.
Hacen apartar del camino a los pobres; y todos los pobres de la tierra se esconden de ellos . He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es su mantenimiento y de sus hijos.
cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me daban testimonio. Porque libraba al pobre que gritaba, y al huérfano que carecía de ayudador.
Dálet : La lengua del niño de pecho, de sed se pegó a su paladar; los chiquitos pidieron pan, y no hubo quien se lo partiese.
Y volvió a enviar el tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta; y subiendo aquel tercer capitán de cincuenta, se arrodilló delante de Elías, y le rogó, diciendo: Varón de Dios, te ruego que sea de valor delante de tus ojos mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos.
Denegrido anduve, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamé.
Entonces aquel siervo, postrado, le adoraba, diciendo: Señor, detén la ira para conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor, movido a misericordia de aquel siervo, le soltó y le perdonó la deuda. Y saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.Leer más.
Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba, diciendo: Detén la ira para conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso; sino fue, y le echó en la cárcel hasta que pagase la deuda. Y viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y viniendo, declararon a su señor todo lo que había pasado. Entonces llamándole su señor, le dice: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste: