12 Versículo de la Biblia sobre Persecución judía
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Y será, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
Jehová te entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás á ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos: y serás sacudido á todos los reinos de la tierra. Y será tu cuerpo muerto por comida á toda ave del cielo, y bestia de la tierra, y no habrá quien las espante.
El fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y nunca serás sino oprimido y quebrantado todos los días. Y enloquecerás á causa de lo que verás con tus ojos.
Jehová llevará á ti, y á tu rey que hubieres puesto sobre ti, á gente que no conociste tú ni tus padres; y allá servirás á dioses ajenos, al palo y á la piedra. Y serás por pasmo, por ejemplo y por fábula, á todos los pueblos á los cuales te llevará Jehová.
El extranjero que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo. El te prestará á ti, y tú no prestarás á él: él será por cabeza, y tú serás por cola. Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido á la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó:
Servirás por tanto á tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte. Jehová traerá sobre ti gente de lejos, del cabo de la tierra, que vuele como águila, gente cuya lengua no entiendas; Gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño:Leer más.
Y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte. Y te pondrá cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados en que tú confías, en toda tu tierra: te cercará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que Jehová tu Dios te habrá dado. Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dió, en el cerco y en al apuro con que te angustiará tu enemigo. El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren; Para no dar á alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.
Y quedaréis en poca gente, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no obedeciste á la voz de Jehová tu Dios. Y será que como Jehová se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará Jehová sobre vosotros para arruinaros, y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, á la cual entráis para poseerla. Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella; y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y á la piedra.Leer más.
Y ni aun entre las mismas gentes descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; que allí te dará Jehová corazón temeroso, y caimiento de ojos, y tristeza de alma: Y tendrás tu vida como colgada delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no confiarás de tu vida. Por la mañana dirás: Quién diera fuese la tarde! y á la tarde dirás: Quién diera fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. Y Jehová te hará tornar á Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis: y allí seréis vendidos á vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.
Acuérdate, oh Jehová, de los hijos de Edom En el día de Jerusalem; Quienes decían: Arrasadla, arrasadla Hasta los cimientos. Hija de Babilonia destruída, Bienaventurado el que te diere el pago De lo que tú nos hiciste. Bienaventurado el que tomará y estrellará tus niños Contra las piedras.
Por esto en el mismo tiempo algunos varones Caldeos se llegaron, y denunciaron de los Judíos. Hablando y diciendo al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, pusiste ley que todo hombre en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, se postrase y adorase la estatua de oro:Leer más.
Y el que no se postrase y adorase, fuese echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Hay unos varones Judíos, los cuales pusiste tú sobre los negocios de la provincia de Babilonia; Sadrach, Mesach, y Abed-nego: estos varones, oh rey, no han hecho cuenta de ti; no adoran tus dioses, no adoran la estatua de oro que tú levantaste. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego. Al punto fueron traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor, y díjoles: ¿Es verdad Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que vosotros no honráis á mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? Ahora pues, ¿estáis prestos para que en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora Sadrach, Mesach, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio. He aquí nuestro Dios á quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que has levantado. Entonces Nabucodonosor fué lleno de ira, y demudóse la figura de su rostro sobre Sadrach, Mesach, y Abed-nego: así habló, y ordenó que el horno se encendiese siete veces tanto de lo que cada vez solía. Y mandó á hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, y sus calzas, y sus turbantes, y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo.
Y el presidente les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban más, diciendo: Sea crucificado. Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo veréis lo vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
Y cuando viereis á Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estuvieren en Judea, huyan á los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de venganza: para que se cumplan todas las cosas que están escritas.Leer más.
Mas ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días! porque habrá apuro grande sobre la tierra é ira en este pueblo. Y caerán á filo de espada, y serán llevados cautivos á todas las naciones: y Jerusalem será hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos.
Mas Jesús, vuelto á ellas, les dice: Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros: y á los collados: Cubridnos.Leer más.
Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?