32 Versículo de la Biblia sobre Sabor
Versículos Más Relevantes
Y la casa de Israel le puso el nombre de maná, y era como la semilla del cilantro, blanco, y su sabor era como de hojuelas con miel.
Y amaba Isaac a Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob.
y prepárame un buen guisado como a mí me gusta, y tráemelo para que yo coma, y que mi alma te bendiga antes que yo muera.
Y el maná era como una semilla de cilantro, y su aspecto como el del bedelio. El pueblo iba, {lo} recogía y {lo} molía entre dos piedras de molino, o {lo} machacaba en el mortero, y {lo} hervía en el caldero y hacía tortas con él; y tenía el sabor de tortas cocidas con aceite.
Pero Barzilai respondió al rey: ¿Cuánto tiempo me queda de vida para que yo suba con el rey a Jerusalén? Tengo ahora ochenta años. ¿Puedo distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo saborear lo que come o bebe? ¿Puede oír aún la voz de los cantores o de las cantoras? ¿Por qué, pues, ha de ser tu siervo otra carga más para mi señor el rey?
Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, y {como} no sabía de dónde era (pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían), el maestresala llamó* al novio,
Si habéis muerto con Cristo a los principios elementales del mundo, ¿por qué, como si {aún} vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: no manipules, no gustes, no toques (todos los cuales {se refieren a} cosas destinadas a perecer con el uso), según los preceptos y enseñanzas de los hombres?
¿Se come sin sal lo insípido, o hay gusto en la clara del huevo? Mi alma se niega a tocar estas cosas; son para mí alimento repugnante.
¿Vive Dios, que ha quitado mi derecho, y el Todopoderoso, que ha amargado mi alma!
Probad y ved que el SEÑOR es bueno. ¿Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia!
Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
¿Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, {más} que la miel a mi boca.
deseables más que el oro; sí, {más} que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal.
Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu nombre, oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.
Entonces me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu estómago y llena tu cuerpo de este rollo que te doy. Y {lo} comí, y fue en mi boca dulce como la miel.
Entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo*: Tóma{lo} y devóralo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel. Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y fue en mi boca dulce como la miel; y cuando lo comí, me amargó las entrañas.
El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre, pero después su boca se llenará de grava.
Come miel, hijo mío, porque es buena; sí, la miel del panal es dulce a tu paladar. Sabe {que} así es la sabiduría para tu alma; si {la} hallas, entonces habrá un futuro, y tu esperanza no será cortada.
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada {otra vez?} Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
Por tanto, buena es la sal, pero si también la sal ha perdido su sabor, ¿con qué será sazonada? No es útil ni para la tierra ni para el muladar; la arrojan fuera. El que tenga oídos para oír, que oiga.
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, {es decir,} a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos.
En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.
Y les decía: En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder.
Pero en verdad os digo que hay algunos de los que están aquí, que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
Los judíos le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y {también} los profetas, y tú dices: ``Si alguno guarda mi palabra no probará jamás la muerte."
``Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados probará mi cena."
y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
Mas los hombres de Israel estaban en gran aprieto aquel día, porque Saúl había puesto al pueblo bajo juramento, diciendo: Maldito sea el hombre que tome alimento antes del anochecer, {antes} que me haya vengado de mis enemigos. Y nadie del pueblo probó alimento. Y todo {el pueblo de} la tierra entró en el bosque, y había miel en el suelo. Y al entrar el pueblo en el bosque, he aquí que la miel fluía, pero nadie se llevó la mano a la boca, porque el pueblo temía el juramento.Leer más.
Pero Jonatán no había oído cuando su padre puso al pueblo bajo juramento; por lo cual extendió la punta de la vara que {llevaba} en su mano, la metió en un panal de miel y se llevó la mano a la boca, y brillaron sus ojos. Entonces uno del pueblo {le} habló, y dijo: Tu padre puso bajo estricto juramento al pueblo, diciendo: ``Maldito sea el hombre que tome alimento hoy." Y el pueblo estaba desfallecido. Entonces Jonatán dijo: Mi padre ha traído dificultades a esta tierra. Ved ahora cómo brillan mis ojos porque probé un poco de esta miel. Cuánto más, si el pueblo hubiera comido hoy libremente del despojo que encontraron de sus enemigos. Pues hasta ahora la matanza entre los filisteos no ha sido grande. Aquel día, después de herir a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón, el pueblo estaba muy cansado. Entonces el pueblo se lanzó sobre el despojo, y tomó ovejas, bueyes y becerros y {los} mataron en el suelo; y el pueblo {los} comió con la sangre. Y avisaron a Saúl, diciéndo{le:} He aquí, el pueblo está pecando contra el SEÑOR, comiendo {carne} con la sangre. Y él dijo: Habéis obrado pérfidamente. Traedme hoy una piedra grande. Y Saúl añadió: Dispersaos entre el pueblo, y decidles: ``Tráigame cada uno de vosotros su buey o su oveja; matad{los} aquí y comed, pero no pequéis contra el SEÑOR comiendo {carne} con sangre." Y aquella noche todo el pueblo trajo cada cual su buey consigo, y {los} mataron allí. Y edificó Saúl un altar al SEÑOR; este fue el primer altar que él edificó al SEÑOR. Entonces Saúl dijo: Descendamos contra los filisteos de noche, tomemos despojo de entre ellos hasta el amanecer, y no dejemos {ni} uno de ellos. Y ellos dijeron: Haz lo que te parezca bien. Entonces el sacerdote dijo: Acerquémonos a Dios aquí. Y consultó Saúl a Dios: ¿Descenderé contra los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel? Pero El no le contestó en aquel día. Y Saúl dijo: Acercaos aquí todos vosotros, jefes del pueblo, y averiguad y ved cómo este pecado ha acontecido hoy. Porque vive el SEÑOR que libra a Israel, que aunque {la culpa} esté en mi hijo Jonatán, ciertamente morirá. Pero nadie, en todo el pueblo, le respondió. Entonces dijo a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y mi hijo Jonatán estaremos al otro lado. Y el pueblo dijo a Saúl: Haz lo que bien te parezca. Saúl entonces dijo al SEÑOR, Dios de Israel: Da {suerte} perfecta. Y fueron señalados Jonatán y Saúl, pero el pueblo quedó libre. Y Saúl dijo: Echad {suertes} entre mí y Jonatán mi hijo. Y Jonatán fue señalado. Dijo, pues, Saúl a Jonatán: Cuéntame lo que has hecho. Y Jonatán le respondió, y dijo: En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que {tenía} en la mano. Heme aquí, debo morir. Y dijo Saúl: Que Dios {me} haga esto, y aun más, pues ciertamente morirás, Jonatán. Pero el pueblo dijo a Saúl: ¿Debe morir Jonatán, el que ha obtenido esta gran liberación en Israel? No sea así. Vive el SEÑOR que ni un cabello de su cabeza caerá a tierra, porque él ha obrado con Dios en este día. Así el pueblo rescató a Jonatán, y no murió. Luego Saúl subió, dejando de perseguir a los filisteos, y los filisteos se fueron a su tierra.
Entonces todo el pueblo se llegó a David para persuadirlo a que comiera pan mientras aún era de día; pero David juró, diciendo: Así me haga Dios y aun más, si pruebo pan o cosa alguna antes de ponerse el sol.
E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes, diciendo: Ni hombre ni bestia, ni buey ni oveja prueben cosa alguna; no pasten ni beban agua,
los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nos hemos comprometido bajo solemne juramento a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo.