7 Versículo de la Biblia sobre Sentimientos abrumado
Versículos Más Relevantes
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de día, y no oyes; y de noche, y no puedo estar en silencio. Tú empero eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.Leer más.
En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los salvaste. Clamaron a ti, y fueron librados; esperaron en ti, y no se avergonzaron. Mas yo soy gusano, y no varón; oprobio de los hombres, y desecho del pueblo. Todos los que me ven, escarnecen de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo: Remítese al SEÑOR, líbrelo; sálvele él, puesto que en él se complacía. Pero tú eres el que me sacó del vientre, el que me haces esperar en ti desde que estaba a los pechos de mi madre.
Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica. Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo, a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque echaron sobre mí iniquidad, y con furor me han amenazado.Leer más.
Mi corazón está doloroso dentro de mí, y terrores de muerte han caído sobre mí. Temor y temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto. Y dije: ¡Quién me diera alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos; moraría en el desierto. (Selah.) Me apresuraría a escapar del viento tempestuoso, de la tempestad. Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare; a la peña más alta que me conduzcas, porque tú has sido mi refugio, mi torre de fortaleza delante del enemigo.
Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y él me escuchó. Al Señor busqué en el día de mi angustia; mi llaga desangraba de noche y no cesaba; mi alma no quería consuelo. Me acordaba de Dios, y gritaba; me quejaba, y desmayaba mi espíritu. (Selah.)Leer más.
Tenías los párpados de mis ojos abiertos; estaba yo quebrantado, y no hablaba.
SEÑOR, oye mi oración, y venga mi clamor a ti. No escondas de mí tu rostro; en el día de mi angustia inclina a mí tu oído; el día que te invocare, apresúrate a responderme. Porque mis días se han consumido como humo; y mis huesos son quemados como en hogar.Leer más.
Mi corazón fue herido, y se secó como la hierba; por lo cual me olvidé de comer mi pan. Por la voz de mi gemido mis huesos se han pegado a mi carne. Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades. Velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado. Cada día me afrentan mis enemigos; los que se enfurecen contra mí, se han conjurado contra mí. Por lo cual como la ceniza a manera de pan, y mi bebida mezclo con lloro, a causa de tu enojo y de tu ira; porque me alzaste, y me arrojaste.
Con mi voz clamaré al SEÑOR, con mi voz pediré misericordia al SEÑOR. Delante de él derramaré mi querella; delante de él denunciaré mi angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.Leer más.
Miraba a la mano derecha, y observaba; mas no había quién me conociera; no tuve refugio, no había quién volviera por mi vida. Clamé a ti, oh SEÑOR, Dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi clamor, que estoy muy afligido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel para que alabe tu Nombre; conmigo harán fiesta los justos, cuando me hubieras destetado.
Oh SEÑOR, oye mi oración, escucha mis ruegos por tu verdad; respóndeme por tu justicia. Y no entres en juicio con tu siervo; porque no se justificará delante de ti ningún viviente. Porque ha perseguido el enemigo mi alma; ha quebrantado en tierra mi vida; me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.Leer más.
Y mi espíritu se angustió dentro de mí; se pasmó mi corazón. Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras, meditaba en las obras de tus manos. Extendí mis manos a ti; mi alma a ti como la tierra sedienta. (Selah.) Respóndeme pronto, oh SEÑOR que desmaya mi espíritu; no escondas de mí tu rostro, y venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura. Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he alzado mi alma.