37 Versículo de la Biblia sobre el cierre
Versículos Más Relevantes
Y sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
Según está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos rogado a la faz de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades, y entender tu verdad.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino del árbol de la vida.
No envidies al hombre injusto, ni escojas ninguno de sus caminos.
De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que hizo Jesús, creyeron en Él.
El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo Padre, ¿dónde está mi honra? y si soy Señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Y luego son menoscabados y abatidos a causa de tiranía, de males y congojas.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
Ciertamente volverán los redimidos de Jehová, volverán a Sión cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.
Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.
Cuando te acuestes, no tendrás temor; sino que te acostarás, y será dulce tu sueño.
Carga de la palabra de Jehová a Israel, por medio de Malaquías.
El sepulcro, la matriz estéril, la tierra que no se sacia de aguas, y el fuego que jamás dice: ¡Basta!
Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Ofrécelo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.
Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
He aquí, de Jehová tu Dios es el cielo, y el cielo de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.
Misericordia y verdad no se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón;
Oídme, los que seguís justicia, los que buscáis a Jehová; mirad a la roca de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.
Porque será medicina a tu ombligo, y tuétano a tus huesos.
No deseches, hijo mío, el castigo de Jehová; ni te fatigues de su corrección;
Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz.
No detengas el bien de aquél a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.
Esta ciudad no os será por caldera, ni vosotros seréis en medio de ella la carne; en el término de Israel os juzgaré.
Porque como a vestidura los comerá la polilla, como a lana los comerá el gusano; mas mi justicia permanecerá para siempre, y mi salvación de generación en generación.
Porque largura de días, y años de vida y paz te añadirán.
Ciertamente Él escarnece a los escarnecedores, y a los humildes da gracia.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
Maldito el engañador, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo dañado a Jehová; porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.
Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, para yo plantar los cielos y fundar la tierra, y decir a Sión: Pueblo mío eres tú.
Por su inteligencia los abismos fueron divididos, y los cielos destilan rocío.
Honra a Jehová con tu sustancia, y con las primicias de todos tus frutos;
Aunque Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos y edificaremos lo arruinado; así dice Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, pero yo destruiré; y les llamarán provincia de Impiedad, y pueblo contra quien Jehová se indignó para siempre.
Despiértate, despiértate, vístete de fortaleza, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en las generaciones pasadas. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón?
y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.