26 Versículo de la Biblia sobre la esperanza de los justos

La esperanza de los justos es alegría, pero la expectación de los impíos perecerá.

porque ciertamente hay un futuro, y tu esperanza no será cortada.

Pues nosotros, por medio del Espíritu, esperamos por la fe la esperanza de justicia.

sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, {estando} siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero {hacedlo} con mansedumbre y reverencia;

Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón, todos vosotros que esperáis en el SEÑOR.

Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia,

que por medio de El sois creyentes en Dios, que le resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

``Porque yo sé los planes que tengo para vosotros" --declara el SEÑOR-- ``planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.

La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo cumplido es árbol de vida.

teniendo presente sin cesar delante de nuestro Dios y Padre vuestra obra de fe, vuestro trabajo de amor y la firmeza de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo;

Y ahora, Señor, ¿qué espero? En ti está mi esperanza.

¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¿{El es} la salvación de mi ser, y mi Dios!

porque tú eres mi esperanza; oh Señor DIOS, {tú eres} mi confianza desde mi juventud.

El SEÑOR es mi porción --dice mi alma-- por eso en El espero.

teniendo {la misma} esperanza en Dios que éstos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos.

He aquí, los ojos del SEÑOR están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar su alma de la muerte, y conservarlos con vida en {tiempos de} hambre. Nuestra alma espera al SEÑOR; El es nuestra ayuda y nuestro escudo;Leer más.
pues en El se regocija nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. Sea sobre nosotros tu misericordia, oh SEÑOR, según hemos esperado en ti.

Que los que te temen, me vean y se alegren, porque espero {en} tu palabra. Yo sé, SEÑOR, que tus juicios son justos, y que en tu fidelidad me has afligido. Sea ahora tu misericordia para consuelo mío, conforme a tu promesa {dada} a tu siervo.Leer más.
Venga a mí tu compasión, para que viva, porque tu ley es mi deleite. Sean avergonzados los soberbios, porque me agravian con mentira; {pero} yo en tus preceptos meditaré. Vuélvanse a mí los que te temen y conocen tus testimonios. Sea íntegro mi corazón en tus estatutos, para que no sea yo avergonzado. Mi alma desfallece por tu salvación; en tu palabra espero.

Espero en el SEÑOR; {en El} espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza.

Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.

Reyes serán tus tutores, y sus princesas, tus nodrizas. Rostro en tierra te rendirán homenaje y el polvo de tus pies lamerán. Y sabrás que yo soy el SEÑOR, y que no se avergonzarán los que esperan en mí.

conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino {que} con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte.

a causa de la esperanza reservada para vosotros en los cielos, de la cual oísteis antes en la palabra de verdad, el evangelio

pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; se remontarán {con} alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.

Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,