Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Así pues, no seáis necios, sino entended cuál es la voluntad del Señor.

Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.

Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro.

Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.

Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que {la} pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.

Porque, ¿quién de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene {lo suficiente} para terminarla?

Los proyectos del diligente ciertamente son ventaja, mas todo el que se apresura, ciertamente {llega} a la pobreza.

Ve, {mira} la hormiga, perezoso, observa sus caminos, y sé sabio. La cual sin tener jefe, ni oficial ni señor, prepara en el verano su alimento, {y} recoge en la cosecha su sustento.

La mente del hombre planea su camino, pero el SEÑOR dirige sus pasos.

En cuanto a mí, a Dios invocaré, y el SEÑOR me salvará. Tarde, mañana y mediodía me lamentaré y gemiré, y El oirá mi voz.

Según cada uno ha recibido un don {especial}, úselo sirviéndoos los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.