46 Versículo de la Biblia sobre la siembra de semillas
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Y cuando sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
El sembrador salió a sembrar su semilla; y al sembrarla, una parte cayó junto al camino, y fue hollada; y las aves del cielo la comieron.
Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al instante la recibe con gozo,
Respondiendo Él les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre;
Ésta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
Y el que da semilla al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia;
Y otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.
Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
Luz está sembrada para el justo, y alegría para los rectos de corazón.
Y éstos son los de junto al camino; en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás y quita la palabra que fue sembrada en sus corazones.
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.
Mas parte cayó en buena tierra y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y la tierra dará su producto, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto.
No sembrarás tu viña con varias semillas, para que no se pierda la plenitud de la semilla que sembraste, y el fruto de la viña.
Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
Otra parábola les relató, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;
El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; y la cizaña son los hijos del malo.
Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si ambas cosas son igualmente buenas.
Y parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó luego, porque no tenía profundidad de tierra;
Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra;
Y dijo: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;
Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; arad para vosotros barbecho; porque es tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin saber él cómo.
Si nosotros sembramos en vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si cosechamos de vosotros lo material?
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre la faz de toda la tierra; y todo árbol en que hay fruto de árbol que da semilla, os será para comer.
Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto que brotó y creció; y produjo, una a treinta, otra a sesenta, y otra a ciento por uno.
El que ara para sembrar, ¿arará todo el día; romperá y quebrará los terrones de la tierra?
El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Entonces José dijo al pueblo: He aquí hoy os he comprado y a vuestra tierra para Faraón; he aquí semilla para vosotros, sembrad la tierra.
Y si parte de sus cuerpos muertos cayere sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia.
Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
y aconteció que al sembrar, una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo y la devoraron.
Les relató otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante al hombre que sembró buena semilla en su campo;
Y éstos son los que fueron sembrados entre espinos; los que oyen la palabra,
Y vinieron los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?
El que al viento mira, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.
Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto comeréis del añejo.