'Abandones' en la Biblia
No escondas Tu rostro de mí; No rechaces con ira a Tu siervo; Tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, Oh Dios de mi salvación.
No me abandones, oh SEÑOR; Dios mío, no estés lejos de mí.
He practicado el juicio y la justicia; No me abandones a mis opresores.
El SEÑOR cumplirá Su propósito en mí; Eterna, oh SEÑOR, es Tu misericordia; No abandones las obras de Tus manos.
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre Y no abandones la enseñanza de tu madre;
No la abandones y ella velará sobre ti; Amala y ella te protegerá.
Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre Y no abandones la enseñanza de tu madre;
No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre, Ni vayas a la casa de tu hermano el día de tu infortunio. Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos.
Si la ira del gobernante se levanta contra ti, No abandones tu puesto, Porque la serenidad suaviza grandes ofensas.
¿Por qué has de ser como hombre desalentado, Como guerrero incapaz de salvar? Sin embargo Tú estás en medio nuestro, oh SEÑOR, Y por Tu nombre somos llamados; ¡No nos abandones!"