'Copa' en la Biblia
Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas, y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.
Al cabo de tres días Faraón te hará levantar cabeza, y te restituirá a tu puesto: y darás la copa a Faraón en su mano, como solías cuando eras su copero.
E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos; y dio éste la copa en mano de Faraón.
Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.
¿No es ésta la copa en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? habéis hecho mal en lo que hicisteis.
Aquel de tus siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor.
Y buscó; desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín.
Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿O con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuyo poder fue hallada la copa.
Y él respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fue hallada la copa, él será mi siervo; vosotros id en paz a vuestro padre.
Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa. Tú sustentas mi suerte.
Aderezas mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Tomaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre de Jehová.
No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa; Se entra suavemente,
Porque así me dijo Jehová Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino de este furor, y haz que beban de él todas las naciones a las cuales yo te envío.
Y tomé la copa de la mano de Jehová, y di de beber a todas las naciones a las cuales me envió Jehová;
Y será que, si no quieren tomar la copa de tu mano para beber, les dirás tú: Así dice Jehová de los ejércitos: Habéis de beber.
Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra. Las naciones bebieron de su vino; se enloquecieron, por tanto, las naciones.
He aquí era el asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.
He aquí, yo pongo a Jerusalén por copa de temblor a todos los pueblos de alrededor cuando estén en el sitio contra Judá y contra Jerusalén.