'Día' en la Biblia
El día veinticuatro del mes undécimo, que es el mes de Sebat, el año segundo de Darío, vino la palabra del SEÑOR al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:
Y se unirán muchos gentiles al SEÑOR en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a ti.
Porque he aquí aquella Piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí, yo esculpiré su labor, dice el SEÑOR de los ejércitos, y quitaré la iniquidad de la tierra en un día.
En aquel día, dice el SEÑOR de los ejércitos, cada uno de vosotros llamará a su compañero debajo de su vid, y debajo de su higuera.
Porque, ¿quién ha menospreciado el día de los pequeños comienzos? Se alegraron, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Aquellos siete son los ojos del SEÑOR extendidos por toda la tierra.
Toma de los que tornaron del cautiverio, de los del linaje de Heldai, de Tobías, y de Jedaías; y vendrás tú en aquel día, y entrarás en Casa de Josías hijo de Sofonías, los cuales volvieron de Babilonia.
Y sucedió que en el año cuarto del rey Darío vino la palabra del SEÑOR a Zacarías el cuarto {día} del mes noveno, Quisleu.
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Esfuércense vuestras manos, de vosotros los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento a la Casa del SEÑOR de los ejércitos, para edificar el Templo.
Y los salvará en aquel día el SEÑOR su Dios como a rebaño de su pueblo; porque serán engrandecidos en su tierra como piedras preciosas de corona.
Y fue deshecho en ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que miran a mí, que era palabra del SEÑOR.
Y será en aquel día, que yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que la cargaren serán despedazados, y todos los gentiles de la tierra se juntarán contra ella.
En aquel día, dijo el SEÑOR, heriré con aturdimiento a todo caballo, y con locura al que en él sube; mas sobre la Casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera.
En aquel día pondré los capitanes de Judá como un brasero de fuego entre leña, y como una antorcha de fuego entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.
En aquel día el SEÑOR defenderá al morador de Jerusalén; y el que entre ellos fuere flaco, en aquel tiempo será como David; y la Casa de David como Dios, como el ángel del SEÑOR delante de ellos.
Y será que en aquel día yo procuraré quebrantar a todos los gentiles que vinieren contra Jerusalén.
En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadad-rimón en el valle de Meguido.
Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para {lavar} el pecado y la impureza.
Y será en aquel día, dice el SEÑOR de los ejércitos, que talaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más vendrán en memoria; y también haré talar de la tierra a los profetas, y al espíritu de inmundicia.
También sucederá aquel día que los profetas se avergonzarán cada uno de su visión cuando profetice, y no se vestirán el manto de pelo para engañar,
He aquí, el día del SEÑOR viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti.
Y saldrá el SEÑOR, y peleará con aquellos gentiles, como peleó el día de la batalla.
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el Monte de las Olivas, que está en frente de Jerusalén a la parte del oriente; y el Monte de las Olivas, se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un muy grande valle; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el mediodía.
Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.
Y será un día, el cual es conocido del SEÑOR, que ni será día ni noche; mas acontecerá que al tiempo de la tarde habrá luz.
Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas; la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.
Y el SEÑOR será Rey sobre toda la tierra. En aquel día el SEÑOR será uno, y su nombre uno.
Y acontecerá en aquel día que habrá en ellos gran quebrantamiento de parte del SEÑOR; porque trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero.
En aquel día estará {grabado} en los cascabeles de los caballos: SANTIDAD AL SEÑOR. Y serán las ollas en la casa del SEÑOR como los tazones delante del altar.
Y toda olla en Jerusalén y en Judá será consagrada al SEÑOR de los ejércitos; todos los que ofrezcan sacrificios vendrán y tomarán de ellas y en ellas cocerán; y no habrá más mercader en la casa del SEÑOR de los ejércitos en aquel día.
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