'Fuimos' en la Biblia
Le respondieron: Simiente de Abraham somos, y jamás fuimos esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?
Zarpando, pues, de Troas, fuimos rumbo directo a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis;
De allí {fuimos} a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia {Romana}; en esta ciudad nos quedamos por varios días.
Después de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara;
Como ni el sol ni las estrellas aparecieron por muchos días, y una tempestad no pequeña se abatía sobre {nosotros,} desde entonces fuimos abandonando toda esperanza de salvarnos.
donde hallamos hermanos, y nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días; y así, nos fuimos a Roma;
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, ya reconciliados, seremos salvos por su vida.
Porque si fuimos plantados juntamente en él a la semejanza de su muerte, también lo seremos a la de su resurrección;
Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.
Porque hermanos, no queremos que ignoréis nuestra tribulación que nos fue hecha en Asia; que (sobremanera) fuimos cargados más allá de nuestras fuerzas, de tal manera que estuvimos en duda de la vida.
Porque aun cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes, en todo fuimos atribulados; de fuera, cuestiones; de dentro, temores.
Pues no nos excedemos a nosotros mismos, como si no os hubiéramos alcanzado, ya que nosotros fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo;
a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su gloria.
Por cuanto nuestro Evangelio no fue entre vosotros en palabra solamente, mas también en potencia, y en el Espíritu Santo, y en gran plenitud; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por causa de vosotros.
Sino según fuimos aprobados de Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan á los hombres, sino á Dios, el cual prueba nuestros corazones.
Porque nunca fuimos lisonjeros en la palabra, como sabéis, ni tocados de avaricia; Dios es testigo;
Antes fuimos blandos entre vosotros como la que cría, que regala a sus hijos.
por eso, hermanos, en toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados respecto a vosotros por medio de vuestra fe;
Porque cuando os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de su majestad.