'Habiendo' en la Biblia
Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo hecho la expiación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
¿cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salvación tan grande? La cual, habiendo sido publicada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que le oyeron;
Porque le era preciso a Aquél por cuya causa son todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten, habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionar por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
Porque algunos de los que habían salido de Egipto con Moisés, habiendo oído, provocaron, aunque no todos.
El cual en los días de su carne, habiendo ofrecido ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su temor reverente.
y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser autor de eterna salvación a todos los que le obedecen;
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado a su nombre, habiendo ministrado a los santos y ministrándoles aún.
Porque si Él estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan ofrendas según la ley;
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una sola vez en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
Porque habiendo hablado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, y lana de grana, e hisopo, roció al mismo libro, y también a todo el pueblo,
Pero Éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, se ha sentado a la diestra de Dios,
porque la paciencia os es necesaria; para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Por fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos, habiendo recibido a los espías en paz.