'Mano' en la Biblia
La ira del SEÑOR se encendió contra Israel, y los entregó en manos de salteadores que los saquearon. También los vendió en mano de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos.
Por dondequiera que iban, la mano del SEÑOR estaba contra ellos para mal, tal como el SEÑOR había dicho y como el SEÑOR les había jurado, y se angustiaron en gran manera.
Entonces el SEÑOR levantó jueces que los libraron de la mano de los que los saqueaban.
Cuando el SEÑOR les levantaba jueces, el SEÑOR estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días del juez. Porque el SEÑOR se compadecía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán Risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán Risataim.
Aod alargó la mano izquierda, tomó la espada de su muslo derecho, y se la hundió en el vientre.
Así Moab fue subyugado aquel día bajo la mano de Israel. Y la tierra tuvo descanso durante ochenta años.
Y el SEÑOR los vendió en mano de Jabín, rey de Canaán, que reinaba en Hazor. El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Haroset Goyim.
Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomando en la mano un martillo, se le acercó silenciosamente y le clavó la estaca en las sienes, la cual penetró en la tierra, pues él estaba profundamente dormido y agotado, y murió.
Y la mano de los Israelitas se hizo más y más dura sobre Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.
Extendió ella la mano hacia la estaca de la tienda, Y su diestra hacia el martillo de trabajadores. Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza. Destruyó y perforó sus sienes.
~`Los libré de la mano de los Egipcios y de la mano de todos sus opresores. Los desalojé delante de ustedes, les di su tierra,
Entonces Gedeón le respondió: ``Ah señor mío, si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas Sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: ` ¿No nos hizo el SEÑOR subir de Egipto?' Pero ahora el SEÑOR nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano de los Madianitas."
Y el SEÑOR lo miró, y le dijo: ``Ve con esta tu fuerza, y libra a Israel de la mano de los Madianitas. ¿No te he enviado Yo?"
Entonces el ángel del SEÑOR extendió la punta de la vara que estaba en su mano y tocó la carne y el pan sin levadura. Y subió fuego de la roca que consumió la carne y el pan sin levadura. Y el ángel del SEÑOR desapareció de su vista.
Entonces Gedeón dijo a Dios: ``Si has de librar a Israel por mi mano, como has dicho,
voy a poner un vellón de lana en la era. Si hay rocío solamente en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho."
Y fue el número de los que lamieron, poniendo la mano a su boca, 300 hombres. Pero todo el resto del pueblo se arrodilló para beber.
Su amigo le respondió: ``Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en su mano a Madián y a todo el campamento."
Cuando las tres compañías tocaron las trompetas, rompieron los cántaros, y sosteniendo las antorchas en la mano izquierda y las trompetas en la mano derecha para tocarlas, gritaron: `` ¡La espada del SEÑOR y de Gedeón!"
Gedeón respondió: ``Muy bien, cuando el SEÑOR haya entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, trillaré las carnes de ustedes con espinos y cardos del desierto."
Entonces Gedeon fue a los hombres de Sucot y les dijo: ``Aquí están Zeba y Zalmuna, acerca de los cuales ustedes me injuriaron, diciendo: ` ¿Están ya las manos de Zeba y Zalmuna en tu mano para que demos pan a tus hombres que están fatigados?'"
Los hombres de Israel le dijeron a Gedeón: ``Reina sobre nosotros, tú y tus hijos, y también el hijo de tu hijo, porque nos has librado de la mano de Madián."
(pues mi padre peleó por ustedes, y arriesgó su vida y los libró de la mano de Madián,
"Y en la mañana, en cuanto salga el sol, te levantarás temprano y atacarás la ciudad. Entonces, cuando Gaal y el pueblo que está con él salga contra ti, harás con ellos lo que te venga a mano."
Abimelec subió entonces al Monte Salmón, él y toda la gente que {estaba} con él; y tomando Abimelec un hacha en su mano, cortó una rama de los árboles, la levantó y {la} puso sobre su hombro. Y dijo a la gente que {estaba} con él: ``Lo que me han visto hacer, apresúrense {y} hagan lo mismo."
Jefté cruzó adonde {estaban} los Amonitas para pelear contra ellos, y el SEÑOR los entregó en su mano.
"Viendo, pues, que no {me} iban a librar, arriesgué mi vida y crucé contra los Amonitas, y el SEÑOR los entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, han subido hoy a pelear contra mí?"
entonces, le decían: ``Di, pues, {la palabra} Shibolet." Pero él decía: ``Sibolet," porque no podía pronunciarla correctamente. Entonces le echaban mano y lo mataban junto a los vados del Jordán. Y cayeron en aquella ocasión 42,000 de los de Efraín.
Pero el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano. Pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho.
Y halló una quijada de asno fresca {aún,} y extendiendo su mano, la tomó y mató a 1,000 hombres con ella.
Al terminar de hablar, arrojó la quijada de su mano, y llamó a aquel lugar Ramat Lehi (Alto de la Quijada).
Después sintió una gran sed, y clamando al SEÑOR, dijo: ``Tú has dado esta gran liberación por mano de Tu siervo, y ahora, ¿moriré yo de sed y caeré en manos de los incircuncisos?"
Entonces Sansón dijo al muchacho que lo tenía de la mano: ``Déjame tocar las columnas sobre las que el edificio descansa, para apoyarme en ellas."
Sansón palpó las dos columnas del medio sobre las que el edificio descansaba y se apoyó contra ellas, con su mano derecha sobre una y con su mano izquierda sobre la otra.
Entonces él devolvió las 1,100 {monedas} de plata a su madre, y su madre dijo: ``Yo de corazón dedico la plata de mi mano al SEÑOR por mi hijo, para hacer una imagen tallada y una de fundición; ahora, por tanto, yo te las devuelvo."
Ellos le respondieron: ``Calla, pon la mano sobre tu boca y ven con nosotros, y sé padre y sacerdote para nosotros. ¿Te es mejor ser sacerdote para la casa de un hombre, o ser sacerdote para una tribu y una familia de Israel?"
y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba delante de ella para {ministrar} en aquellos días y preguntó: `` ¿Volveré a salir otra vez a combatir contra los hijos de mi hermano Benjamín, o desistiré?" Y el SEÑOR respondió: ``Suban, porque mañana lo entregaré en tu mano."