'Mudo' en la Biblia
Entonces Abram mudó su tienda, y vino y habitó en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí un altar al SEÑOR.
Y el SEÑOR le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo el SEÑOR?
Y aconteció que cuando él volteó su hombro para partirse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acaecieron en aquel día.
Y mudó su habla delante de ellos, y fingió ser demente entre las manos de ellos, y escribía en las portadas de las puertas, dejando correr su saliva por su barba.
Entonces David se levantó de tierra, y se lavó y se ungió, y mudó sus ropas, y entró a la Casa del SEÑOR, y adoró. Y después vino a su casa, y demandó, y le pusieron pan, y comió.
Asimismo la tienda del sábado que habían edificado en la Casa, y el pasadizo de afuera del rey, los mudó a las espaldas de la Casa del SEÑOR, por amor del rey de Asiria.
Entonces Faraón Necao puso por rey a Eliacim hijo de Josías, en lugar de Josías su padre, y le mudó el nombre por el de Joacim; y tomó a Joacaz, y se lo llevó a Egipto, y murió allí.
Y el rey de Babilonia puso por rey a Matanías su tío en su lugar, y le mudó el nombre por el de Sedequías.
Y le mudó los vestidos de su prisión, y comió pan siempre delante de él todos los días de su vida.
Y constituyó el rey de Egipto a su hermano Eliacim por rey sobre Judá y Jerusalén, y le mudó el nombre en Joacim; y a Joacaz su hermano tomó Necao, y lo llevó a Egipto.
Y mudó Jehová la aflicción de Job, orando él por sus amigos: y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen al SEÑOR; juró en daño suyo, y no mudó.
Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelech, y él lo echó, y fuése. BENDECIRÉ á Jehová en todo tiempo; Su alabanza será siempre en mi boca.
Mas yo, como si fuera sordo no oía; y estaba como un mudo, que no abre su boca.
Mudo me he quedado, no abro la boca, porque tú eres el que ha obrado.
Abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los hijos de muerte.
Entonces el cojo saltará como un ciervo; y alabará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y arroyos en la soledad.
Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y para que no los reprendas, porque son casa rebelde.
Y ella mudó mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que los gentiles, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis juicios y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.
En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el escapado, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy el SEÑOR.
Y la mano del SEÑOR había sido sobre mí la tarde antes que el escapado viniera, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y nunca más estuve mudo.
Hasta aquí fue el fin de la palabra. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron mucho, y mi rostro se me mudó; mas la palabra la guardé en mi corazón.
Porque yo Jehová, no me mudo; y así vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Y saliendo ellos, he aquí, le trajeron un hombre mudo, endemoniado.
Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la multitud se maravilló, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israel.
Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo, y le sanó; de tal manera, que el ciego y mudo hablaba y veía.
Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
Cuando Jesús vio que la multitud concurría, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.
Y he aquí estarás mudo y no podrás hablar, hasta el día que esto sea hecho, por cuanto no creiste a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.
Y saliendo, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el Templo; y él les hablaba por señas, y quedó mudo.
Y estaba él lanzando un demonio, el cual era mudo; y aconteció que salido fuera el demonio, el mudo habló y la multitud se maravilló.
Y el lugar de la Escritura que leía, era éste: Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que le trasquila, así no abrió su boca;
Tantos géneros de voces, por ejemplo, hay en el mundo, y nada hay mudo;
Y fue reprendido de su maldad; un animal mudo acostumbrado a yugo (sobre el cual iba sentado) hablando en voz de hombre, refrenó la locura del profeta.