'Podía' en la Biblia
Y la tierra no podía darles para que habitasen juntos: porque su hacienda era mucha, y no podían morar en un mismo lugar.
Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó la palma de su muslo, la palma del muslo de Jacob se descoyuntó luchando con él.
Porque la hacienda de ellos era grande, y no podían habitar juntos, ni la tierra de su peregrinación los podía sostener a causa de sus ganados.
Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté.
Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medir{lo} porque no se podía medir.
NO podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de conmigo á todos. Y no quedó nadie con él, al darse á conocer José á sus hermanos.
Y le informaron, diciendo: José vive todavía, y es gobernante en toda la tierra de Egipto. Pero él se quedó atónito porque no les podía creer.
Y los ojos de Israel estaban ya tan agravados de la vejez, que no podía ver. Y los hizo acercarse a él, y él los besó y abrazó.
Todo aquel que podía hacer una contribución de plata y bronce trajo la contribución reservada para el SEÑOR; y todo el que tenía madera de acacia para cualquier obra del servicio, la trajo.
Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo del testimonio, porque la nube estaba sobre él, y la gloria del SEÑOR lo tenía lleno.
De los hijos de Rubén, primogénito de Israel, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, uno por uno, todo varón de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Simeón, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, sus enumerados, según el número de nombres, uno por uno, todo varón de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Gad, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Judá, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Isacar, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Zabulón, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de José: de los hijos de Efraín, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Manasés, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Benjamín, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Dan, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Aser, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
De los hijos de Neftalí, {fueron contados por} su registro genealógico, por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra;
Y todos los enumerados de los hijos de Israel por sus casas paternas, de veinte años arriba, todo {el que podía} salir a la guerra en Israel,
de treinta años en adelante hasta los cincuenta, todo el que podía enlistarse para servir y hacer el trabajo de transportar la tienda de reunión,
Entonces le decían: Ahora pues, di, Shiboleth. Y él decía, Siboleth; porque no podía pronunciar de aquella suerte. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto á los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Ephraim cuarenta y dos mil.
Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse, porque no podía ver,
Era ya Elí de edad de noventa y ocho años, y sus ojos se habían oscurecido, de modo que no podía ver.
En toda la tierra de Israel no podía hallarse ningún herrero, pues los filisteos decían: No sea que los hebreos hagan espadas o lanzas.
Yo entonces me puse sobre él, y lo maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la diadema que tenía en su cabeza, y el brazalete que traía en su brazo, y se los he traído acá a mi señor.
"Pero yo no podía creer lo que me decían, hasta que he venido y mis propios ojos lo han visto. No se me había contado ni la mitad. Usted supera {en} sabiduría y prosperidad la fama que había oído.
Y aconteció que cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, diciendo: ¡Prendedlo! Pero la mano que extendió contra él se secó, de modo que no podía volverla hacia sí.
Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó, y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y Ahías ya no podía ver, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez.
Preparó David grandes cantidades de hierro para hacer clavos para las puertas de la entrada y para las grapas, y más bronce del que podía pesarse;
Salomón consagró también la parte central del atrio que {estaba} delante de la casa del SEÑOR, pues allí había ofrecido los holocaustos y la grosura de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que Salomón había hecho no podía contener el holocausto, la ofrenda de cereal y la grosura.
Y el pueblo no podía discernir la voz del grito de alegría, de la voz del lloro del pueblo; porque el pueblo gritaba con gran grito, y la voz se oía hasta lejos.
De sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Judá, sino la lengua de su propio pueblo.
Y llegó hasta la puerta del rey, porque nadie podía entrar por la puerta del rey vestido de cilicio.
Aquella noche el rey no podía dormir y dio orden que trajeran el libro de las Memorias, las crónicas, y que las leyeran delante del rey.
Se reunieron los judíos en sus ciudades por todas las provincias del rey Asuero para echar mano a los que buscaban su daño; y nadie podía oponérseles, porque el temor a ellos había caído sobre todos los pueblos.
Hice un pacto con mis ojos, ¿cómo podía entonces mirar a una virgen?
¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Por qué, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?
Dos columnas, un mar, y doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que hizo el rey Salomón en la Casa del SEÑOR; no se podía pesar el bronce de todos estos vasos.
``Los cedros no lo igualaban en el huerto de Dios; los cipreses no se podían comparar con su ramaje, y los plátanos no igualaban sus ramas. Ningún árbol en el huerto de Dios podía compararse a él en su hermosura.
Las cámaras laterales alrededor {del templo} se ensanchaban en cada piso sucesivo. Debido a que {la estructura} alrededor del templo se ensanchaba por etapas por todos los lados del templo, la anchura del templo {aumentaba} según se subía. Así se podía subir del {piso} inferior al más alto por el {piso} intermedio.
Y midió otros mil, e iba ya el río que yo no podía pasar, porque las aguas se habían alzado, y el río no se podía pasar sino a nado.
En el año segundo del reinado de Nabucodonosor, éste tuvo sueños, y se turbó su espíritu y no podía dormir.
Entonces los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con respecto a los asuntos del reino; pero no pudieron encontrar ningún motivo de acusación ni {evidencia alguna de} corrupción, por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción {podía} hallarse en él.
Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte, y al mediodía, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapara de su mano; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía.
Y cuando él llegó a la otra ribera, a la provincia de los gadarenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, que nadie podía pasar por aquel camino.
Y nadie le podía responder palabra. Ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.
Porque esto se podía vender por gran precio, y darse a los pobres.
Mas ido él, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar manifiestamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.
que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar;
porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas; mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y los grillos desmenuzados; y nadie le podía domar.
Mas Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía;
Porque podía esto ser vendido por más de trescientos denarios, y darse a los pobres. Y murmuraban contra ella.
Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
Y saliendo, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el Templo; y él les hablaba por señas, y quedó mudo.
Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y no podía ser curada por nadie,
Entonces, cuando la mujer vio que no se podía esconder, vino temblando, y postrándose delante de él le declaró delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana.
Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad hacía dieciocho años, y andaba agobiada, que en ninguna manera se podía enderezar.
Y procuraba ver quién era Jesús; mas no podía a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.
Y unos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera?
Y unos daban voces de una manera, y otros de otra manera en la multitud; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, mandó llevarle a la fortaleza.
Y como yo no podía ver a causa de la gloria de aquella luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine a Damasco.
Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser suelto, si no hubiera apelado a César.
Y siendo arrebatada de él la nave, que no podía resistir contra el viento, dejada la nave a los vientos, éramos llevados.
El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su temor reverente.
Porque no os habéis llegado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido, y al turbión, y a la oscuridad, y a la tempestad,
Y ninguno podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni mirarlo.
Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas naciones y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de luengas ropas blancas, y palmas en sus manos;
Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos; y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales son comprados de la tierra.
Y fue el templo lleno de humo por la majestad de Dios, y por su potencia; y ninguno podía entrar en el templo, hasta que fueran consumadas las siete plagas de los siete ángeles.