'Postre' en la Biblia
Y me postré y adoré al SEÑOR, y bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino verdadero para tomar la hija del pariente de mi señor para su hijo.
que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
Y me postré delante del SEÑOR, como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado en que habíais pecado haciendo mal en ojos del SEÑOR para enojarlo.
Y me postré delante del SEÑOR cuarenta días y cuarenta noches, como estuve postrado antes; porque el SEÑOR dijo que os había de destruir.
Y al sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción; y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis palmas al SEÑOR mi Dios,
El que regala a su siervo desde su niñez, a la postre será su hijo.
Y aconteció que, habiéndoles herido, yo quedé, y me postré sobre mi rostro, y clamé, y dije: ¡Ah, Señor DIOS! ¿Has de destruir todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre Jerusalén?
Y tenía el aspecto de la visión que vi, como la visión que había visto cuando El vino a destruir la ciudad; y las visiones {eran} como la visión que yo había visto junto al río Quebar. Entonces me postré sobre mi rostro.
Luego me llevó por el camino de la puerta del norte al frente del templo; miré, y he aquí, la gloria del SEÑOR llenaba la casa del SEÑOR, y me postré sobre mi rostro.
pero el que no se postre y adore, será echado inmediatamente en un horno de fuego ardiente.
Tú, oh rey, has proclamado un decreto de que todo hombre que oiga el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, se postre y adore la estatua de oro,
y el que no se postre y adore, será echado en un horno de fuego ardiente.
y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subía a la postre.
Y a la postre les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se llegaban, aun no lo hallaron; mas a la postre vinieron dos testigos falsos,
Y la tomaron los siete, y tampoco dejaron simiente; a la postre murió también la mujer.
Y a la postre de todos murió también la mujer.
Y a la postre de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo hagas; yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús; adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.
Yo Juan soy el que ha oído, y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas.