'Reunión' en la Biblia
``Entonces el nazareo se rasurará {el cabello} de su cabeza consagrada a la entrada de la tienda de reunión, y tomará el cabello de su cabeza consagrada y {lo} pondrá en el fuego que {arde} debajo del sacrificio de las ofrendas de paz.
Acepta de ellos {estas cosas,} para que sean usadas en el servicio de la tienda de reunión, y las darás a los levitas, a cada uno conforme a su ministerio.
Y al entrar Moisés en la tienda de reunión para hablar con el Señor, oyó la voz que le hablaba desde encima del propiciatorio que {estaba} sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines, {y} El le habló.
Y harás que se acerquen los levitas delante de la tienda de reunión. Reunirás también a toda la congregación de los hijos de Israel,
Y después de eso, los levitas podrán entrar para ministrar en la tienda de reunión, tú los purificarás y los presentarás como ofrenda mecida;
Y he dado a los levitas como un don a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para cumplir el ministerio de los hijos de Israel en la tienda de reunión y para hacer expiación en favor de los hijos de Israel, para que no haya plaga entre los hijos de Israel al acercarse al santuario.
Entonces, después de eso, los levitas entraron para cumplir su ministerio en la tienda de reunión delante de Aarón y delante de sus hijos; como el SEÑOR había ordenado a Moisés acerca de los levitas, así hicieron con ellos.
Esto es lo que {se refiere} a los levitas: desde los veinticinco años en adelante entrarán a cumplir el servicio en el ministerio de la tienda de reunión.
Sin embargo, pueden ayudar a sus hermanos en la tienda de reunión a cumplir sus obligaciones, pero no a ejercer el ministerio. Así harás con los levitas en cuanto a sus obligaciones.
Cuando se toquen las dos, toda la congregación se reunirá junto a ti a la puerta de la tienda de reunión.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo.
Y el SEÑOR de repente dijo a Moisés, a Aarón y a Miriam: Salid vosotros tres a la tienda de reunión. Y salieron los tres.
Pero toda la congregación dijo que los apedrearan. Entonces la gloria del SEÑOR apareció en la tienda de reunión a todos los hijos de Israel.
Y cada uno tomó su incensario y puso fuego en él, y echó incienso en él; y se pusieron a la puerta de la tienda de reunión con Moisés y Aarón.
Así reunió Coré a toda la congregación en contra de ellos a la puerta de la tienda de reunión, y la gloria del SEÑOR apareció a toda la congregación.
Sucedió, sin embargo, que cuando la congregación se había juntado contra Moisés y Aarón, se volvieron hacia la tienda de reunión, y he aquí, la nube la cubría y la gloria del SEÑOR apareció.
Y Moisés y Aarón fueron al frente de la tienda de reunión,
Después Aarón regresó a Moisés a la puerta de la tienda de reunión, pues la plaga había sido detenida.
Y las pondrás en la tienda de reunión delante del testimonio donde me encuentro contigo.
Y ellos se juntarán contigo, y atenderán a las obligaciones de la tienda de reunión, para todo el servicio de la tienda; pero ningún extraño se acercará a vosotros.
He aquí, yo mismo he tomado a vuestros hermanos, los levitas, de entre los hijos de Israel; son un regalo para vosotros, dedicados al SEÑOR, para servir en el ministerio de la tienda de reunión.
Y he aquí que yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, a cambio de su ministerio en el cual sirven, el ministerio de la tienda de reunión.
Y los hijos de Israel no se acercarán más a la tienda de reunión, no sea que carguen con un pecado y mueran.
Sólo los levitas servirán en el ministerio de la tienda de reunión, y ellos cargarán con la iniquidad del pueblo; será estatuto perpetuo por todas vuestras generaciones, y entre los hijos de Israel no tendrán heredad.
``Lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras casas, porque es vuestra remuneración a cambio de vuestro ministerio en la tienda de reunión.
``Entonces el sacerdote Eleazar tomará con su dedo de la sangre, y rociará un poco de sangre hacia el frente de la tienda de reunión, siete veces.
Entonces Moisés y Aarón fueron de delante de la asamblea a la puerta de la tienda de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y se les apareció la gloria del SEÑOR.
Y he aquí que un hombre, uno de los hijos de Israel, vino y presentó una madianita a sus parientes, a la vista de Moisés y a la vista de toda la congregación de los hijos de Israel, que lloraban a la puerta de la tienda de reunión.
Y se presentaron delante de Moisés, delante del sacerdote Eleazar, delante de los jefes y {de} toda la congregación, a la entrada de la tienda de reunión, diciendo:
Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de los capitanes de miles y de cientos, y lo llevaron a la tienda de reunión como memorial para los hijos de Israel delante del SEÑOR.
Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: He aquí, el tiempo de tu muerte está cerca; llama a Josué y presentaos en la tienda de reunión para que yo le dé {mis} órdenes. Fueron, pues, Moisés y Josué y se presentaron en la tienda de reunión.
Entonces toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y levantaron allí la tienda de reunión; y la tierra estaba sometida delante de ellos.
Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de las casas de las tribus de los hijos de Israel repartieron por suertes en Silo, en presencia del SEÑOR, a la entrada de la tienda de reunión. Así terminaron de repartir la tierra.
Y los cantones de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada.
Y dijeron los hijos de Israel: ¿Quién de todas las tribus de Israel no subió a la reunión delante del SEÑOR? Porque se había hecho gran juramento contra el que no suba al SEÑOR en Mizpa, diciendo: Sufrirá muerte.
Y dijeron: ¿Hay alguno de las tribus de Israel que no haya subido al SEÑOR en Mizpa? Y hallaron que ninguno de Jabes-galaad había venido al campamento ni a la reunión.
Elí {era ya} muy anciano; oyó todo lo que sus hijos estaban haciendo a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión,
Subieron el arca del SEÑOR, la tienda de reunión y todos los utensilios sagrados que {estaban} en la tienda; los sacerdotes y los levitas los subieron.
Ministraban con el canto delante del tabernáculo de la tienda de reunión, hasta que Salomón edificó la casa del SEÑOR en Jerusalén, y servían en su oficio conforme a su orden.
Zacarías, hijo de Meselemías, {era} portero a la entrada de la tienda de reunión.
Así estarán encargados de la custodia de la tienda de reunión, de la custodia del lugar santo y de la custodia de los hijos de Aarón sus parientes, para el servicio de la casa del SEÑOR.
Entonces Salomón y toda la asamblea con él fueron al lugar alto que {había} en Gabaón, porque allí estaba la tienda de reunión de Dios, que Moisés, siervo del SEÑOR, había hecho en el desierto.
Subió Salomón allí, delante del SEÑOR, al altar de bronce que {estaba} en la tienda de reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos.
Y Salomón salió del lugar alto que estaba en Gabaón, de la tienda de reunión, a Jerusalén, y reinó sobre Israel.
y llevaron el arca y la tienda de reunión y todos los utensilios sagrados que {estaban} en la tienda; los sacerdotes levitas los llevaron.
Púsose entonces Josaphat en pie en la reunión de Judá y de Jerusalem, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;
Y estaba allí Jahaziel hijo de Zachârías, hijo de Benaías, hijo de Jeiel, hijo de Mathanías, Levita de los hijos de Asaph, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión;
Y juntóse en Jerusalem mucha gente para celebrar la solemnidad de los ázimos en el mes segundo; una vasta reunión.
Pues sé que a la muerte me llevarás, a la casa de reunión de todos los vivientes.
Aborrecí la reunión de los malignos, Y con los impíos nunca me senté.
Reprime la reunión de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata: Disipa los pueblos que se complacen en la guerra.
Tus adversarios han rugido en medio de tu lugar de reunión; han puesto sus estandartes por señales.
Salmo de Asaph. DIOS está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga.
Y ensálcenlo en la congregación del pueblo; y en la reunión de ancianos lo alaben.
Tórnate, tórnate, oh Sulamita; Tórnate, tórnate, y te miraremos. ¿Qué veréis en la Sulamita? Como la reunión de dos campamentos.
Por tanto, estoy lleno de la furia del SEÑOR, he trabajado por contenerme de derramarla sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes juntamente; porque el marido también será preso con la mujer, el viejo con el lleno de días.
Porque he aquí que yo despierto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes naciones de la tierra del aquilón; y desde allí se aparejarán contra ella, y será tomada; sus flechas como de valiente diestro, que no se tornará en vano.
Y ha tratado con violencia a su tabernáculo, como a {cabaña de} huerto; ha destruido su lugar de reunión. El SEÑOR ha hecho olvidar en Sion la fiesta solemne y el día de reposo, y ha rechazado en el furor de su ira al rey y al sacerdote.
Y harán subir contra ti reunión de gente, y te apedrearán con piedras, y te atravesarán con sus espadas.
Así dijo el Señor DIOS: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi red.
Y vendrás de tu lugar, de las partes del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos á caballo, grande reunión y poderoso ejército:
Congregad al pueblo, santificad la reunión, juntad a los viejos, congregad a los niños y a los que maman; salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia.
Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión con los ancianos, los escribas y todo el concilio; y atando a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.
Y terminada {la reunión de} la sinagoga, muchos de los judíos y de los prosélitos temerosos de Dios siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes, hablándoles, les instaban a perseverar en la gracia de Dios.
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos,
Porque si en vuestra reunión entra algún varón que trae anillo de oro, vestido de preciosa ropa, y también entra un pobre vestido de vestidura vil,
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