'Salida' en la Biblia
Partieron de Elim, y toda la congregación de los hijos de Israel llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida de la tierra de Egipto.
Al tercer mes de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinaí.
El SEÑOR habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en la tienda de reunión, el primer {día} del segundo mes, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo:
Los que acampen al oriente, hacia la salida del sol, {serán los} de la bandera del campamento de Judá, según sus ejércitos. El jefe de los hijos de Judá, Naasón, hijo de Aminadab,
Los que habían de acampar delante del tabernáculo al oriente, delante de la tienda de reunión hacia la salida del sol, {eran} Moisés, Aarón y sus hijos, desempeñando los deberes del santuario para {cumplir} la obligación de los hijos de Israel; pero el extraño que se acercara, moriría.
El SEÑOR habló a Moisés en el desierto del Sinaí, en el primer mes del segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo:
Las dos tribus y la media tribu han recibido su posesión al otro lado del Jordán, frente a Jericó, al oriente, hacia la salida del sol.
Luego doblaba desde Sarid al oriente hacia la salida del sol hasta el límite de Quislot-tabor, seguía hasta Daberat y subía hasta Jafía.
Y desde allí continuaba al oriente hacia la salida del sol hasta Gat-hefer a Ita-cazín, y seguía hasta Rimón rodeando a Nea.
Así perezcan todos tus enemigos, oh SEÑOR; mas sean los que te aman como la salida del sol en su fuerza. Y el país tuvo descanso por cuarenta años.
Ezequías fue el que cegó la salida superior de las aguas de Gihón y las condujo al lado occidental de la ciudad de David. Ezequías prosperó en todo lo que hizo.
De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.
El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
junto a las puertas, a la salida de la ciudad, en el umbral de las puertas, da voces:
Has de saber y entender {que} desde la salida de la orden para restaurar y reconstruir a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, {habrá} siete semanas y sesenta y dos semanas; volverá a ser edificada, con plaza y foso, pero en tiempos de angustia.
Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR. Su salida es tan cierta como la aurora, y El vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.
Como en los días de tu salida de la tierra de Egipto, te mostraré milagros.
Porque desde la salida del sol hasta su puesta, mi nombre {será} grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a mi nombre, y ofrenda pura de cereal; pues grande {será} mi nombre entre las naciones --dice el SEÑOR de los ejércitos.
En cualquier casa donde entréis, quedaos allí, y sea de allí {vuestra} salida.