1 Pedro 2:21

Porque para esto fuisteis llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas:

Hechos 14:22

confirmando el alma de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe; y diciéndoles que es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios

Mateo 16:24

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Juan 16:33

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Romanos 8:29

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.

1 Pedro 3:18

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado por el Espíritu;

1 Pedro 4:1

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; porque el que ha padecido en la carne, cesó de pecado;

1 Juan 2:6

El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.

1 Juan 3:16

En esto conocemos el amor de Dios, en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

Salmos 85:13

La justicia irá delante de Él, y nos pondrá en el camino de sus pasos.

Mateo 10:38

Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.

Mateo 11:29

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.

Marcos 8:34-35

Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Lucas 9:23-25

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.

Lucas 14:26-27

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y esposa, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Lucas 24:26

¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?

Juan 13:15

Porque ejemplo os he dado, para que también vosotros hagáis como yo os he hecho.

Hechos 9:16

porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.

Hechos 17:3

enseñando y exponiendo que era necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos; y que este Jesús, a quien yo os predico, decía él, es el Cristo.

1 Corintios 11:1

Sed seguidores de mí, así como yo de Cristo.

Efesios 5:2

y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia.

Filipenses 2:5

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús;

1 Tesalonicenses 3:3

para que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros sabéis que nosotros estamos puestos para esto.

1 Tesalonicenses 4:2

Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús.

2 Timoteo 3:12

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.

Hebreos 2:10

Porque le era preciso a Aquél por cuya causa son todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten, habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionar por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

1 Pedro 1:20

ya preordinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor a vosotros,

1 Pedro 2:24

Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por las heridas del cual habéis sido sanados.

1 Pedro 3:9

no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que heredaseis bendición.

Apocalipsis 12:11

Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)