1 Reyes 12:22
Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo:
2 Crónicas 11:2
Pero la palabra del SEÑOR vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo:
Deuteronomio 33:1
Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de Israel antes de morir.
1 Reyes 13:1
Y he aquí, un hombre de Dios fue de Judá a Betel por palabra del SEÑOR, cuando Jeroboam estaba junto al altar para quemar incienso.
1 Reyes 13:4-5
Y aconteció que cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, diciendo: ¡Prendedlo! Pero la mano que extendió contra él se secó, de modo que no podía volverla hacia sí.
1 Reyes 13:11
Moraba entonces en Betel un anciano profeta; y sus hijos fueron y le contaron todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel; las palabras que él había hablado al rey, las contaron también a su padre.
1 Reyes 17:18
Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo que ver contigo, oh varón de Dios? Has venido para traer a memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo.
1 Reyes 17:24
Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres hombre de Dios, y que la palabra del SEÑOR en tu boca es verdad.
2 Reyes 4:16
Entonces él {le} dijo: Por este tiempo, el año que viene, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva.
2 Reyes 4:22
Luego llamó a su marido y {le} dijo: Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese.
2 Reyes 4:25
Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el monte Carmelo. Y sucedió que cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: He aquí, allá viene la sunamita.
2 Reyes 4:27
Cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios, se asió de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: Déjala, porque su alma está angustiada y el SEÑOR me lo ha ocultado y no me lo ha revelado.
2 Crónicas 12:5-7
Entonces el profeta Semaías vino a Roboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así dice el SEÑOR: ``Vosotros me habéis abandonado, por eso también yo os abandono en manos de Sisac."
1 Timoteo 6:11
Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.
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