1 Reyes 21:29

¿No has visto como Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.

2 Reyes 9:25-26

Dijo luego Jehú a Bidcar su capitán: Tómalo y échalo a un cabo de la heredad de Nabot de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Acab su padre, Jehová pronunció esta sentencia sobre él, diciendo:

Éxodo 10:3

Entonces Moisés y Aarón vinieron a Faraón, y le dijeron: Jehová, el Dios de los hebreos dice así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirvan.

2 Reyes 9:33-7

Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron: y parte de su sangre fue salpicada en la pared, y en los caballos; y él la atropelló.

2 Reyes 10:11

Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, y a todos sus príncipes, y a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, que no le quedó ninguno.

Salmos 18:44

Así que hubieren oído de mí, me obedecerán; los hijos de extraños se someterán a mí;

Salmos 66:3

Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.

Salmos 78:34-37

Si los hería de muerte, entonces buscaban a Dios; entonces se volvían solícitos en busca suya.

Salmos 86:15

Mas tú, Señor, eres Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad;

Jeremías 7:17

¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

Ezequiel 33:10-11

Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras transgresiones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos: ¿cómo, pues, viviremos?

Miqueas 7:18

¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia.

Lucas 7:44

Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no me diste agua para mis pies; mas ésta ha lavado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con los cabellos de su cabeza.

Romanos 2:4

¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia y longanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?

2 Pedro 3:9

El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)