La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?

Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, y en los lados del aquilón;

Hemos oído la soberbia de Moab; en extremo soberbio; su soberbia, y su arrogancia, y su altivez; mas sus mentiras no serán firmes.

Este también hirió diez mil idumeos en el valle de las Salinas, y tomó a Sela (la piedra ) por guerra, y la llamó Jocteel, hasta hoy.

La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón, tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte; aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dijo el SEÑOR.

Y los hijos de Judá tomaron vivos otros diez mil, los cuales llevaron a la cumbre de un peñasco, y de allí los despeñaron, y todos se hicieron pedazos.

Antes del quebrantamiento es la soberbia; y antes de la caída la altivez de espíritu.

Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento.

y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se cogen los huevos dejados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, o abriese boca y graznase.

Y dijiste: Para siempre seré señora. Hasta ahora no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.

Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, su hinchazón y su orgullo, y su altivez y la altanería de su corazón.

¿Por qué te glorías de los valles? Tu valle se le escurrió, oh hija contumaz, la que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?

Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, mas tornemos a edificar lo arruinado; así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán Provincia de impiedad, y, pueblo contra quien el SEÑOR se airó para siempre.

Cuanto ella se ha glorificado, y ha estado en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada reina, y no soy viuda, y no veré llanto.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)

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