Deuteronomio 33:11

Bendice, oh SEÑOR, su ministerio, y en la obra de sus manos toma contentamiento; hiere los lomos de los que se levantan contra él, y de los que le aborrecieren; para que nunca se levanten.

2 Samuel 24:23

todo lo da el rey Arauna al Rey. Luego dijo Arauna al rey: El SEÑOR tu Dios te sea propicio.

Ezequiel 20:40-41

Porque en el monte de mi Santidad, en el alto monte de Israel, dijo el Señor DIOS, allí me servirá toda la Casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los querré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas.

Ezequiel 43:27

Y acabados estos días, al octavo día, y en adelante, sacrificarán los sacerdotes sobre el altar vuestros holocaustos y vuestros pacíficos; y me seréis aceptos, dijo el Señor DIOS.

Números 18:8-20

Dijo más el SEÑOR a Aarón: He aquí yo te he dado también la guarda de mis ofrendas; todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo.

Números 35:2-8

Manda a los hijos de Israel, que den a los levitas de la posesión de su heredad ciudades en que habiten. También daréis a los levitas los ejidos de esas ciudades alrededor de ellas.

Deuteronomio 18:1-5

Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel; de las ofrendas encendidas al SEÑOR, y de la heredad de él comerán.

Salmos 20:3

Tenga memoria de todos tus presentes, y reduzca a ceniza tu holocausto. (Selah.)

Isaías 29:21

Los que hacían pecar al hombre en palabra; los que armaban lazo al que reprendía en la puerta; y torcieron lo justo en vanidad.

Jeremías 15:10

¡Ay de mí, madre mía, que me has engendrado hombre de contienda y hombre de discordia a toda la tierra! Nunca les di a interés, ni lo tomé de ellos; y todos me maldicen.

Amós 5:10

Ellos aborrecieron en la puerta al reprensor, y al que hablaba lo recto abominaron.

Malaquías 1:8-10

Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? Dijo el SEÑOR de los ejércitos.

Mateo 10:14-15

Y cualquiera que no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.

Lucas 10:10-12

Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os recibieren, saliendo por sus calles, decid:

Lucas 10:16

El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que a mí me desecha, desecha al que me envió.

1 Tesalonicenses 4:8

Así que, el que nos menosprecia, no menosprecia a hombre, sino a Dios, el cual también nos dio su Espíritu Santo.

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