Ezequiel 11:1

Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la puerta oriental de la casa del SEÑOR que mira al oriente. Y he aquí, a la entrada de la puerta {había} veinticinco hombres, y entre ellos vi a Jaazanías, hijo de Azur, y a Pelatías, hijo de Benaía, jefes del pueblo.

Ezequiel 3:12

Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí un gran ruido atronador: Bendita sea la gloria del SEÑOR desde su lugar.

Ezequiel 8:16

Entonces me llevó al atrio interior de la casa del SEÑOR. Y he aquí, a la entrada del templo del SEÑOR, entre el pórtico y el altar, {había} unos veinticinco hombres de espaldas al templo del SEÑOR y de cara al oriente, y se postraban hacia el oriente, hacia el sol.

Ezequiel 10:19

Cuando los querubines alzaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos salieron con las ruedas a su lado, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa del SEÑOR. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.

Ezequiel 11:13

Y sucedió que mientras yo profetizaba, Pelatías, hijo de Benaía, murió. Entonces caí sobre mi rostro, y clamé a gran voz y dije: ¡Ah, Señor DIOS! ¿Vas a acabar por completo con el remanente de Israel?

Ezequiel 11:24

Y el Espíritu me levantó y me llevó a Caldea, a los desterrados, en visión por el Espíritu de Dios. Y se alejó de mí la visión que había visto.

Ezequiel 3:14

Y el Espíritu me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del SEÑOR era fuerte sobre mí.

Ezequiel 8:3

Y extendió {algo} semejante a una mano y me tomó por un mechón de mi cabello; y el Espíritu me alzó entre la tierra y el cielo y me llevó a Jerusalén en visiones de Dios, a la entrada de la puerta que mira al norte del {atrio} interior, allí donde {estaba} la morada del ídolo de los celos que provoca los celos.

1 Reyes 18:12

Y sucederá que cuando te deje, el Espíritu del SEÑOR te llevará adonde yo no sepa; así que cuando yo vaya y se lo diga a Acab y él no pueda encontrarte, me matará, aunque {yo} tu siervo he temido al SEÑOR desde mi juventud.

2 Reyes 2:16

Y le dijeron: He aquí, ahora hay con tus siervos cincuenta hombres fuertes; te rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez el Espíritu del SEÑOR lo ha levantado y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él dijo: No {los} enviéis.

2 Reyes 25:23

Cuando todos los capitanes de tropas, ellos y {sus} hombres, oyeron que el rey de Babilonia había nombrado {gobernador} a Gedalías, vinieron a éste en Mizpa: Ismael, hijo de Netanías, Johanán, hijo de Carea, Seraías, hijo de Tanhumet netofatita, y Jaazanías, hijo del maacateo, ellos y sus hombres.

Isaías 1:10

Oíd la palabra del SEÑOR, gobernantes de Sodoma; escuchad la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:

Isaías 1:23

Tus gobernantes son rebeldes y compañeros de ladrones; cada uno ama el soborno y corre tras las dádivas. No defienden al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

Ezequiel 22:27

Sus príncipes en medio de ella son como lobos que desgarran la presa, derramando sangre {y} destruyendo vidas para obtener ganancias injustas.

Ezequiel 37:1

La mano del SEÑOR vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos.

Ezequiel 40:1-2

En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez {días} del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá.

Ezequiel 41:1

Entonces me llevó a la nave y midió los pilares; seis codos de ancho por un lado y seis codos de ancho por el otro {era} la anchura de cada pilar.

Ezequiel 43:4-5

La gloria del SEÑOR entró en el templo por el camino de la puerta que da hacia el oriente.

Oseas 5:10

Los príncipes de Judá son como los que mueven los linderos; sobre ellos derramaré como agua mi furor.

Hechos 8:39

Al salir ellos del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y no lo vio más el eunuco, que continuó su camino gozoso.

2 Corintios 12:1-4

El gloriarse es necesario, aunque no es provechoso; pasaré entonces a las visiones y revelaciones del Señor.

Apocalipsis 1:10

Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como {sonido} de trompeta,

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